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FOTOGRAFÍA ÓBITOS

El fotoperiodismo, de luto

Joana Biarnés, en el Museu Morera de Lleida en diciembre de 2015.

Joana Biarnés, en el Museu Morera de Lleida en diciembre de 2015.LLEONARD DELSHAMS

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Joana Biarnés, considerada la primera mujer fotoperiodista profesional de España, falleció ayer a los 83 años, según informó en Twitter la fundación Photographic Social Vision, que la representaba. Nacida en Terrassa en 1935, Biarnés se codeó en los años 60 y 70 con los Beatles, Clint Eastwood o Roman Polanski, entre otras estrellas, en un oficio considerado en aquella época de ‘hombres’. De hecho, cuando cubrió su primer partido de fútbol tuvo que dar explicaciones al árbitro cuando este le preguntó qué estaba haciendo una mujer en la zona de fotógrafos. Tras abandonar la profesión en los años 80, dolida porque ya entonces solo ‘vendía’ la prensa rosa y los paparazzis, sobre su trabajo cayó el velo del tiempo hasta la recuperación de su figura y obra en los últimos años desde la Universidad Complutense de Madrid. Fruto de ello, su localidad natal le dedicó una gran exposición en 2014, que se convirtió en itinerante. La segunda ciudad que la acogió fue precisamente Lleida, donde pudo verse en el Museu Jaume Morera desde el 1 de diciembre de 2015 y hasta el 28 de marzo de 2016. El director del museo leridano, Jesús Navarro, lamentó ayer el fallecimiento de esta artista de la cámara, que inmortalizó a personajes populares como Buñuel, Dalí, Serrat, Yul Brinner, Orson Welles, Jack Lemmon, Marisol o Lola Flores, entre muchos otros, convirtiéndose en una testigo excepcional de la sociedad española de los años 60 y 70.

Cambió la cámara por un pequeño restaurante en Ibiza ? Joana Biarnés no quiso participar de la frivolidad de la prensa del corazón y, en los años 80, cambió la cámara por los fogones. Abrió un pequeño restaurante en Ibiza, Ca Na Joana, donde acabó recibiendo a muchas de las estrellas que había retratado años antes. En su visita a Lleida hace 3 años para inaugurar su exposición de fotos, Biarnés aseguró que “nunca me arrepentí de dejarlo, y ahora hago las fotografías que quiero”. El ministerio de Cultura y los ayuntamientos de Terrassa y Viladecavalls, donde ahora residía, también lamentaron su desaparición.

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