Globos de Oro para Queen

Green Book, con tres premios, y Bohemian Rhapsody y Roma, con dos, se repartieron la gloria en la 76 edición de los Globos de Oro, otorgados por la prensa de Hollywood la noche del domingo en Los Ángeles (madrugada de ayer en España), en una ceremonia antesala de los Oscar que sorprendió por el escaso impacto de Ha nacido una estrella, a priori la gran favorita con sus cinco nominaciones. La gran triunfadora de la gala fue Bohemian Rhapsody, el biopic sobre Freddie Mercury, que sorprendió a propios y extraños alzándose con la estatuilla a la mejor película de drama, mientras que su protagonista, Rami Malek, consiguió el reconocimiento como mejor actor por su retrato del difunto cantante de Queen. Green Book, de Peter Farrelly, se llevó el galardón a la mejor película de comedia o musical, así como los trofeos al mejor actor de reparto (Mahershala Ali) y mejor guion. El otro gran film protagonista de la velada fue Roma, que recibió los Globos de Oro de mejor película extranjera y mejor director, para el mexicano Alfonso Cuarón, que repitió victoria como mejor director después de la obtenida por Gravity. “Gracias a Netflix por conseguir que esta película tan improbable haya conseguido repercusión global”, afirmó el cineasta sobre el escenario del hotel Beverly Hilton, antes de asegurar que está “eternamente agradecido” a sus actrices Yalitza Aparicio y Marina de Tavira, y sobre todo a su familia y a México.

Uno de los premios más reñidos de la velada, el de mejor actriz de drama, fue a parar a Glenn Close por La buena esposa. Close, llorando, recordó a su madre, quien le reconoció al final de su vida que siempre se había sentido eclipsada por su marido. “Las mujeres somos personas que cuidamos y criamos a los demás, pero al mismo tiempo tenemos que perseguir nuestra realización personal y perseguir nuestros sueños. Lo deberíamos hacer y nos lo deberían permitir”, declaró, provocando una gran ovación.

Antonio Banderas y Penélope Cruz optaban a premios interpretativos pero se fueron de vacío

Por otra parte, El vicio del poder, la máxima nominada con seis candidaturas, solo logró el premio al mejor actor de comedia o musical para Christian Bale, quien encarna en la cinta al ex vicepresidente estadounidense Dick Cheney. “Gracias a Satán por servirme de inspiración”, dijo irónicamente el actor galés. Uno de los momentos más reivindicativos llegó con la victoria de Regina King como mejor actriz de reparto por El blues de Beale Street. King, apostando por la ansiada paridad en la industria, dijo que todos los proyectos que produzca en los próximos dos años contarán con un 50% de mujeres en los equipos de trabajo. “Reto a la gente con poder en la industria a solidarizarse y hacer lo mismo”, manifestó.

La noche se completó con el premio a la mejor canción original, el único premio para Lady Gaga, que optaba a mejor actriz. “Como mujer en la industria musical, es realmente duro que te tomen en serio como artista y compositora”, lamentó la popular cantante.

Por otro lado, en las categorías televisivas brillaron especialmente dos ficciones: American Crime Story: El asesinato de Gianni Versace, que se llevó el Globo de Oro a la mejor miniserie o telefilm y mejor actor en esta categoría para su protagonista, Darren Criss –Penélope Cruz optaba como mejor actriz de reparto–, y El método Kominsky, la serie de Netflix que logró alzarse también con dos estatuillas, mejor comedia y mejor actor protagonista en comedia para Michael Douglas. El premio a la mejor actriz televisiva de comedia fue para Rachel Brosnahan, que repitio gloria por su trabajo en The Marvelous Mrs. Maisel; el de mejor actriz protagonista en drama fue para Sandra Oh por Killing Eve, mientras que Richard Madden sorprendió con el galardón al mejor actor dramático por Bodyguard. Antonio Banderas, nominado por Genius: Picasso, se fue de vacío.

Carol Burnett ilumina una gala sosa Los premios honoríficos a dos leyendas como Carol Burnett y Jeff Bridges iluminaron una gala sosa e irregular en la que se ignoró por completo al presidente Trump. Burnett, de 85 años, popular en los años 60 y 70, recordó con emoción que su sueño de niña de “hacer reír o llorar a la gente en TV se hizo realidad”.