POLÍTICA CULTURAL PATRIMONIO
El Govern declara Sant Ruf como Bien de Interés Nacional
El Govern acordó ayer declarar los restos de la iglesia de Sant Ruf de Lleida, un edificio cuya historia se remonta a la segunda mitad del siglo XII, como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN), en la categoría de ‘espacio histórico’. La declaración oficial llega dos años después del preceptivo informe favorable del Consell Assesor del Patrimoni Cultural de Catalunya, tras una primera desestimación a declarar la iglesia en la categoría de ‘monumento’. La campaña popular, impulsada desde hace años sobre todo desde el Centre d’Estudis Comarcals del Segrià para dignificar los restos de este monasterio medieval, ubicado en la partida de la Plana, cerca de Llívia, ha dado por fin resultado con esta declaración de BCIN, que supone también una delimitación de su entorno de protección. El sello oficial de la Generalitat llega también un año después de que los propietarios de este edificio en ruinas, la familia Biendicho, firmaran un convenio con la Paeria para ceder a la ciudad el uso del mismo durante 15 años, renovable por períodos de cinco. En un comunicado, la conselleria de Cultura justificó la declaración de BCIN de este edificio por ser “una muestra ejemplar y rara de la arquitectura de los siglos XII y XIII y constituir un ejemplo que conecta la tradición románica con las obras del Císter y el Temple, con la madurez del románico y el inicio del gótico”.
El monasterio de Sant Ruf está atribuido al maestro Pere de Coma, el mismo de la Seu Vella. De hecho, se especula que la construcción de este pequeño edificio le sirvió de ‘prueba’ para la catedral en el Turó. Sin embargo, el edificio románico no se acabó nunca y, arreglado para usos religiosos, se convirtió en el siglo XV en molino y torre de vigía hasta el XVIII. Con la desamortización en el XIX, pasó a manos privadas. Hasta los años 80 había sido una torre payesa, con corral y establo. Tras unos años vacío, sus actuales propietarios lo compraron en 1999.
Tras la cesión del edificio a la ciudad –firmada el 18 de diciembre de 2017–, la Paeria anunció que el objetivo será la restauración del mismo. El entonces alcalde, Àngel Ros, señaló que “es una de las asignaturas pendientes del patrimonio histórico de Lleida”. Entre las primeras medidas, se contemplaba señalizar el espacio y arreglar los accesos, el ajardinamiento y la iluminación.