Guinovart, artista poliédrico

El 12 de diciembre de 2007 fallecía en Barcelona el artista vinculado a Agramunt Josep Guinovart. Para conmemorar una década de su desaparición, los responsables de fundación que lleva su nombre –ubicada en esta población del Urgell, y dirigida por su hija Maria– organizaron una serie de actos por todo el país englobados en el Any Guinovart. La “buena acogida” en palabras de su hija, ha hecho que la efeméride se alargue notablemente. Esta semana se inauguraba en los Espais Volart de la Fundació Vila Casas de Barcelona la gran antológica La realitat transformada, que podrá visitarse hasta mayo. Se trata de la última exposición del Any Guinovart, pero no su última actividad, ya que de momento, está previsto para el mes de febrero el estreno de un documental sobre su faceta docente en la Filmoteca. Dirigido por Pep Puig, la película cuenta también con el apoyo del ayuntamiento de Lleida, además de otras instituciones. En marzo están previstos sendos homenajes en Andorra y Madrid. Además, la Fundació Miró de Barcelona también está preparando su propio reconocimiento. Todo ello hace que la hija del artista se declare “emocionada”. Y es que en total, han sido más de una veintena de exposiciones en toda Catalunya, y varias ciudades españolas, que han podido recordar se que trata de un artista “poliédrico” y “muy completo”. Además, se han sucedido las mesas redondas, lecturas, conciertos y proyecciones de documentales. En total, se han podido ver unos 500 trabajos del artista. Todo ello ha permitido “redescubrirle”, pero también que vuelvan a verse piezas que hacía décadas que no salían a la luz. En este sentido, la Fundació Privada Espai Guinovart de Agramunt, hizo un llamamiento a todas aquellas personas que tuviesen obras de Guinovart a ponerse en contacto con sus responsables, con el objetivo de elaborar un catálogo lo más exhaustivo posible. María explicó a SEGRE que se habían localizado unas 25 piezas procedentes de lugares tan diversos como Canarias o Nueva York, pasando por Madrid, Barcelona o París. El “éxito rotund” también ha sido posible gracias al apoyo de las instituciones, tanto de Agramunt, Barcelona como el ayuntamiento de Lleida, “aunque estamos a la espera de la diputación de Lleida. Será verdad esto de que nadie es profeta en su tierra”, sentencia.

La tierra, sus materiales y colores, claves en su trayectoria Guinovart nació en 1927 en Barcelona y una década después –en plena Guerra Civil– tuvo su primer contacto con Agramunt, el pueblo de su madre. Fue aquí también donde tuvo su primer encuentro con el campo y sus objetos, que tan importantes serían a lo largo de toda su trayectoria artística. No regresó hasta tres décadas después, cuando ya era un artista consagrado, y fue precisamente entonces cuando se dio cuenta del porqué utilizaba los colores terrosos o materiales como la paja, el grano o la tierra. Se formó en París y Barcelona, y a partir de la década de los 50 y 60 su obra empezó a verse a nivel internacional. Uno de sus últimos sueños fue imaginar la Vinya dels Artistes en La Pobla de Cérvoles, que se hizo realidad en 2010, de forma póstuma, aunque sus responsables, Joan Jové y Sara Balasch, mantienen viva el alma del creador en cada una de las intervenciones en sus viñedos y olivos. En este sentido, Maria Guinovart se muestra convencida de que su padre “se emocionaría” si viese en qué se ha transformado. “Creo que sería muy feliz de ver que funciona tan bien. Hay piezas maravillosas entre las que me gusta, especialmente, Esclat, de Frederic Amat”.