Tàrrega recupera a una fotógrafa

Si no fuera por el ‘descubrimiento’ de la galerista barcelonesa Rocío Santa Cruz, el nombre de la fotógrafa de Tàrrega Palmira Puig-Giró seguiría siendo desconocido, incluso entre los círculos más afines a este arte. Hace tan solo dos años, mientras Santa Cruz archivaba la obra fotográfica de Marcel Giró con la ayuda de su sobrino, Toni Ricart Giró, ambos se encontraron con algo extraño y es que muchas de las fotografías estaban firmadas con el nombre de Palmira Puig-Giró en el reverso. Tras una larga investigación, se dieron cuenta de que la que hasta entonces tenían como compañera sentimental y musa del fotógrafo badalonés, era mucho más que eso. Su afán de conocimiento llevó a Santa Cruz hasta Brasil, donde descubrió que Palmira fue un miembro más del reconocido colectivo Foto Cine Clube Bandeirante de Sao Paulo en los años 50 y que allí gozaba de gran reconocimiento.

Palmira Puig-Giró (1912 -1978) nació en Tàrrega en el seno de una familia republicana. Su padre, militante de ERC, mantenía una estrecha relación con la familia badalonesa Giró, y fue así como Palmira y Marcel, su futuro marido, se conocieron. Sin embargo, al estallar la Guerra Civil, Giró se alistó en el bando republicano y al poco tiempo tuvo que partir hacia el exilio con destino final en Brasil. Palmira, mujer moderna y avanzada a su tiempo, se casó con él por poderes en 1942 y partió hacia Sao Paulo para reunirse con su cónyuge. Fue entonces cuando empezó su carrera como fotógrafa.

Instalada en Sao Paulo, creó junto a su marido el estudio fotográfico Giró en 1953 y ambos terminaron siendo miembros destacados del Foto Cine Clube Bandeirante, un movimiento fotográfico modernista bautizado hoy como Escuela Paulista, que nació para romper con el estilo tradicional de la época. Sus rasgos más característicos fueron el afán por la geometría y la abstracción. Y aunque de estilo muy similar, Palmira se diferenciaba del resto por su mirada más humanista y poética. Su sensibilidad hacia el sujeto capturado fue mucho mayor, hasta el punto de negarse a interrumpir ninguna escena; la espontaneidad fue su rasgo más característico.

Terminada la dictadura, Palmira y Marcel regresaron a Catalunya en 1977 y se instalaron en la capital. Meses después ella moría de cáncer. Su trabajo artístico, como el de muchas otras mujeres de su época, pasó desapercibido durante largos años.

La exposición de su obra triunfa en París y Madrid Las 70 fotografías que recoge la exposición Palmira Puig-Giró, fotógrafa en la galería RocíoSantaCruz de Barcelona tuvieron “una esplendida acogida” tanto en la feria París Photo del pasado noviembre, como en ARCOMadrid hace tan solo unas semanas. De hecho, “en París hubo además adquisiciones importantes”, confiesa Santa Cruz. La muestra recoge un total de 70 capturas, entre las cuales se encuentran unas 45 fotografías de su autoría, más otras 25 en las que ella es la protagonista de las imágenes. Asimismo, la muestra incluye el álbum familiar de Puig-Giró, que contiene fotografías de la capital del Urgell, antes de su exilio a Brasil. Aunque hoy es el último día que se puede visitar la muestra en Barcelona, en abril viajará a Nueva York y en mayo a Londres.