Adiós al último galán del cine español

El popular actor asturiano Arturo Fernández falleció ayer por la mañana en Madrid a los 90 años. Fernández se encontraba hospitalizado en la clínica Ruber por un tumor en el estómago, que le obligó a interrumpir su actuación en la obra Alta Seducción en el Teatro Amaya de Madrid. De traje y presencia inmaculada, vivió hasta el último momento con el arquetipo de galán de cine y teatro, construido a lo largo de una carrera de cerca de 70 años desde que llegó en 1950 a Madrid desde su Gijón natal con la intención de dedicarse a la interpretación. Empezó como figurante y rápidamente pasó también al teatro. Su trayectoria en el cine sumó más de un centenar de títulos, con films como Las chicas de la Cruz Roja (1958), No desearás a la mujer de tu prójimo (1968), La tonta del bote (1970), Tocata y fuga de Lolita (1974) o Truhanes (1983), entre otras muchas. En 1960 rodó en Lleida durante tres meses y medio el largometraje La fiel infantería junto a Analía Gadé, otro nombre propio de la historia del cine español, que falleció hace apenas un mes y medio a los 87 años. Desde entonces, el actor siempre guardó un especial recuerdo de la capital del Segrià. En una entrevista a SEGRE reconoció que “cuando voy de paso a Barcelona siempre miro hacia la Seu Vella, siempre la saludo y le envío un beso”. Sus apariciones televisivas en series como Truhanes o La casa de los líos aumentaron su popularidad, que corrió paralela a su exitosa trayectoria teatral al frente de su propia compañía, con la que no dejó de visitar el Teatre Principal de Lleida: Esmoquin (2003), Esmoquin 2 (2005) y Desconcierto (2007). El mundo de la cultura y de la política reaccionó ayer a través de las redes sociales lamentando la desaparición del actor. El nuevo gobierno del ayuntamiento de Madrid propuso dedicarle una calle en la capital.