Isona rinde homenaje a ‘la Miró leridana’

Muy pocos artistas tuvieron el honor de cruzar el charco durante el siglo pasado para exhibir su obra en el nuevo mundo. Si encima hablamos de mujeres, el número cae en picado. A pesar de ello, a las dificultades hay que plantarles cara. Si no que se lo digan a Carmen Bernadó. Esta artista leridana autodidacta, nacida en 1942 en Aransís (Gavet de la Conca), tuvo claro desde pequeña cuáles eran sus ambiciones y construyó su vida alrededor de ellas. 76 años después, la sala BBVA de Isona (Isona i Conca Dellà) acoge, hasta este domingo, una exposición inédita con sus pinturas más personales. “Nunca han formado parte de ninguna muestra. El porqué es simple. Son mis obras preferidas y las quise mantener cerca de mí”, confesó Bernadó a SEGRE.

El periplo de la leridana comenzó en los inicios de los 60. A sus 20 años, Bernadó dejó Lleida para probar suerte en Barcelona y allí empezó todo. En 1973 la galería Quatre Cantons le dedicó una exposición. La artista no desaprovechó la oportunidad y se sirvió de ella como trampolín. A lo largo de los años 70, la obra de la leridana se exhibió en diferentes museos y galerías de Catalunya hasta recibir “la propuesta”. Sus vecinos en Barcelona, inmigrantes neoyorquinos, la invitaron a mostrar su obra en EEUU. Fue un punto y aparte en su carrera. A partir de ese momento, sus pinturas visitaron diferentes países como Japón, Canadá, Venezuela, Dinamarca y París, entre otros muchos. De hecho, durante treinta años, Bernadó residió entre Miami (EEUU) y Santiago (R. Dominicana), ciudades que cuentan, a día de hoy, con sendas exposiciones permanentes con parte de su obra.

“En 1993, cuando muchos aún se tapaban los ojos, yo ya denuncié la violencia de género con mi arte”

20 años después de regresar a su Pallars natal, Bernadó analiza su carrera en perspectiva desde su casa en Isona. “He tenido la suerte de hacer siempre lo que he querido”, reflexiona. Su estilo, “figurativo y revolucionario”, recuerda un poco al de Joan Miró. Sin embargo, el de la leridana es reivindicativo, moderno para su época. “En los 90, cuando muchos se tapaban los ojos, yo ya denuncié la violencia de género”, subrayó Bernadó, quien añadió que su pintura favorita, de las que se exhiben ahora en Isona, es “un homenaje a los inmigrantes”.