«Quiero compartir historias que me emocionan como lo hacían antaño»

El compositor y showman de Oviedo Rodrigo Cuevas presentará en FiraTàrrega 2019 Trópico de Covadonga, un espectáculo en conexión con la naturaleza en el que el asturiano se aleja de visiones etnocentristas para fijarse en las personas que transmiten conocimientos y valores a la comunidad y, a la vez, miran hacia el pasado de un modo romántico e idealizado. El espectáculo está planteado como un cancionero popular contemporáneo que recurre a la electrónica, el humor, la performance y los códigos musicales actuales para narrar historias desde una perspectiva humanista que pone en valor los vínculos intergeneracionales, la belleza y la libertad sexual.

¿Cómo y de dónde surge Trópico de Covadonga?

Nace a raíz de la grabación de mi próximo disco, que realizamos en los estudios de Raül Refree entre abril y mayo de este año. Es un espectáculo creado en torno a la música que hicimos para el álbum, un giro hacia algo más tradicional, basándonos en lo esencial de la música popular del noroeste peninsular: la voz y la percusión.

El Mundo por Montera fue un éxito rotundo tanto en la edición de FiraTàrrega 2017 como en todo el país. ¿Cómo le ha influenciado en su nuevo proyecto?

Gracias a El Mundo por Montera recorrí todo el país y parte de Europa y América, eso me dio la motivación necesaria para empezar este nuevo espectáculo, tanto a nivel artístico como a nivel de expectativas de trabajo. Además, puedo asegurar que el paso por Tàrrega fue decisivo.

¿Por qué cree que la gente canta sus canciones rurales cuando en otros contextos ignora o incluso desprecia la naturaleza?

No tengo una respuesta clara a eso. Yo solo intento compartir canciones e historias que a mí me emocionan de la misma manera en que las explican los antiguos, sin pompa, sin academia, sin dogma. Eso sí, sin resaltar tanto su valor etnográfico, que lo tienen, y enfatizando su valor emotivo, que creo que es lo que los hizo sobrevivir.

Ha dejado Barcelona para vivir en un pueblo pequeño. ¿Cómo cree que ven los habitantes de las ciudades a ‘los pueblerinos’?

A menudo creen que aquellos que viven en un pueblo es porque no tiene otra opción, porque se conforman o porque son ‘raros’. Yo creo que la gente que reside en pueblos necesita menos cosas, y eso les hace más ricos. Hay un punto budista en todo esto. Todo es más esencial, más real, más auténtico.

En su trabajo existe una voluntad intergeneracional con el fin de conectar la generación de nuestros ‘abuelos’ con la de nuestros ‘hijos’. ¿Es eso posible?

Por supuesto que sí. De hecho, me llena de orgullo ver cómo a mis espectáculos vienen señoras con sus nietos, parejas de octogenarios, jóvenes, modernos y un largo etcétera. No solo es posible, sino necesario.

En sus espectáculos combina música folk y electrónica. ¿Cómo consigue que dos estilos tan dispares se unan con tanta armonía?

No son estilos tan diferentes. Veo mucho paralelismo en la función social de una música y la otra. Ambas permiten llegar a estados alterados de conciencia a través del baile, de la sudación, de la extenuación. Festejar, gustar y seducir, así como la improvisación colectiva y los códigos no verbales, forman parte de ambos estilos.

¿Qué temas tratará en FiraTàrrega y de qué modo lo hará?

En Trópico de Covadonga hablo de todas esas historias que a mí me conmueven: de personajes anónimos e históricos de Asturias que nunca tendrían que haber mantenido el anonimato, del séquito, del baile, de los cánticos tradicionales y gremiales... Es que tenemos una esencia muy pura y maravillosa. No entiendo cómo la despreciamos tanto.

¿Qué mensaje quiere transmitir al público de FiraTàrrega?

Que hay que valorar nuestra cultura, la vinculación con el territorio y, lo más importante, la transmisión de conocimiento entre generaciones, que es lo único que nos puede salvar de noticias falsas y los mass media.