SEGRE

ARQUEOLOGÍA HISTORIA

Un patrimonio singular en el Baix Segre

Vista aérea de la rehabilitada ermita de Sant Jaume, con la cueva que se alza por encima del edificio.

Vista aérea de la rehabilitada ermita de Sant Jaume, con la cueva que se alza por encima del edificio.INSTITUT D’ESTUDIS ILERDENCS

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La sección de arqueología del Institut d’Estudis Ilerdencs de la diputación de Lleida comenzó ayer dos semanas de excavaciones en el interior de la ermita de Sant Jaume de La Granja d’Escarp, un edificio con dos momentos históricos constructivos, en los siglos XVII y XVIII, pero que resultó gravemente afectado durante la Guerra Civil. El edificio, de propiedad municipal tras un acuerdo con el obispado de Lleida, fue rehabilitado en diversas fases y épocas desde 2012. Hace tres años se estrenó la nueva cubierta de la ermita y se procedió a retirar los numerosos escombros que se habían acumulado en su interior con el paso del tiempo. Fue entonces cuando arrancaron las campañas de excavación arqueológica en el pavimento de la iglesia. El responsable de arqueología del IEI, Joan Ramon González, explicó que “esta podría ser la última campaña de estudio de los dos niveles de pavimento hallados, pertenecientes a los siglos XVII y XVIII”. El objetivo es dejar la zona documentada para poder cubrirla con un nuevo pavimento, de acuerdo con los nuevos usos de tipo cultural y lúdico del edificio, decididos por el ayuntamiento y los vecinos. Eso sí, se dejaría una parte del pavimento antiguo a la vista, “como reserva para posibles futuras intervenciones arqueológicas”. En los trabajos participan tres técnicos, con voluntarios de los Amics de l’Ermita de Sant Jaume, asociación que impulsa la recuperación de este singular enclave patrimonial.

Su singularidad radica sobre todo en su ubicación geográfica (un mirador excepcional sobre el Aiguabarreig del Segre y el Cinca) y en los antecedentes desde época prehistórica de la pequeña cueva que se alza por encima del edificio, vinculada también a una ruta jacobea poco conocida. De hecho, la leyenda cuenta que el apostol Santiago, tras el ‘episodio’ en su peregrinación en Lleida en el que se clavó una espina en un pie, pasó por este enclave natural de La Granja d’Escarp en el que se refugió durante unos días para recuperarse de la herida, para lo cual utilizó la arcilla de la zona como cataplasma. Además, apenas a un centenar de metros se localizan unas pinturas rupestres que forman parte del conjunto Patrimonio Mundial declarado por la Unesco en 1998.

Vista aérea de la rehabilitada ermita de Sant Jaume, con la cueva que se alza por encima del edificio.

Vista aérea de la rehabilitada ermita de Sant Jaume, con la cueva que se alza por encima del edificio.INSTITUT D’ESTUDIS ILERDENCS

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