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La Concha de Oro viaja a Río de Janeiro
La película brasileña Pacificado, nacida de una larga colaboración y convivencia entre su director, Paxton Winters, y los habitantes de la favela Morro dos Prazeres de Río de Janeiro, se llevó anoche la Concha de Oro, el premio principal de la 67 edición del Festival de San Sebastián. El cine español también salió triunfante con cuatro premios para La trinchera infinita, incluida mejor dirección, y con la catalana Greta Fernández como mejor actriz, ex aequo con la alemana Nina Hoss.
Rodada en medio de tiroteos y explosiones reales a diario, la película ganadora de la Concha de Oro sumó también la de Plata al mejor actor para Bukassa Kabengele y el premio a la mejor fotografía. Pacificado propone una reflexión sobre lo difícil que es escapar del círculo de la violencia en un entorno marginal. Winters dedicó el premio a los residentes de la favela, en la que vivió durante los últimos ocho años. “Ellos me enseñaron lo que es una verdadera comunidad”, aseguró. Por su parte, el trío vasco formado por Aitor Arregi, Jon Garaño y Josemari Goenaga conquistó la Concha de Plata a la mejor dirección con La trinchera infinita, además del premio al mejor guion. Los directores de Handia han recuperado la terrible historia de los ‘topos’ de la Guerra Civil y el franquismo, personas que se mantuvieron escondidas durante años, e incluso décadas, por miedo a las represalias. Con un reparto encabezado por Antonio de la Torre y Belén Cuesta, Goenaga recordó a toda la gente que siente miedo. “Que sepan que están acompañados”, dijo.
Con permiso de los galardonados, quien acaparó buena parte de los flashes fue el actor y director británico Tim Roth, que protagonizó el cierre del festival con la película de clausura, el drama The song of names, ambientado en la II Guerra Mundial y el Holocausto. Roth advirtió que “el Holocausto está reciente y corremos el peligro de repetirlo”.