PATRIMONIO RESTAURACIONES
Andamios y grúas vuelven a la Seu Vella
Técnicos escanean la Porta dels Apòstols para crear un archivo digital de este elemento y operarios cubren ya el campanario || Restricciones al paso de vehículos y la torre, cerrada al público
Las obras de restauración de la Seu Vella arrancaron ayer tras casi dos años de retraso. La empresa valenciana Cyrespa, adjudicataria de los trabajos en la fachada dels Apòstols y el templete superior del campanario, fue la primera en ‘aterrizar’, a la espera de que la firma Barcelona Eurocatalana, que se encargará de las cubiertas del claustro, comience también en breve, como avanzó SEGRE el pasado martes. Por un lado, un equipo de operarios descargó los andamios para comenzar a cubrir el campanario –seis años después de que la primera restauración lo ocultara durante el 2013–, aunque ahora solo se taparán la mitad de las ocho caras de la torre, las que miran hacia la Porta dels Apòstols. Mientras, técnicos de la Universitat Politècnica de Catalunya, con la ayuda de una plataforma elevadora, escanearon este elemento para crear un archivo digital del mismo que descubra al milímetro todos los detalles de la piedra. Las obras, que podrían culminar a mediados de 2021, cerrarán el campanario al público –las campanas solo sonarán los fines de semana y festivos– y ocultarán también la Porta dels Apòstols. La plaza de la Sardana restringirá el paso de vehículos de 8.00 a 10.00 los días laborables por el paso de camiones. Las cubiertas y el jardín del claustro serán visibles pero no accesibles, pero el resto del monumento seguirá abierto con normalidad.
Así, las obras de restauración del baldaquino, que podrían durar todo el mes de noviembre, han obligado a colocar un pequeño altar provisional más cerca de los bancos de la nave central para que no se interrumpan los oficios religiosos.
El altar de la Catedral Nova de Lleida, también en obras La ‘otra’ catedral de Lleida, la Nova, también luce estos días un espectacular entramado de andamios en la zona del altar. En este caso no se trata de obras de restauración programadas, sino de una actuación de urgencia en el pabellón que cubre el altar, denominado baldaquino. Durante unas obras de limpieza el pasado verano se descubrió que esta especie de dosel o palio, que data de los años cincuenta del siglo pasado y que pesa varias toneladas, tenía unas grietas que aconsejaban la reparación urgente.