“Mal día para la cultura y la convivencia entre territorios”

Justo ayer hizo dos años que el Museu de Lleida vivió su noche más larga y negra. Un gran operativo policial con la Guardia Civil al frente y bajo el ‘manto’ de la Generalitat intervenida por el artículo 155 trasladó al monasterio de Sigena 44 obras de arte, que se conservaban en la pinacoteca desde hacía décadas. A nadie se le escapó que publicar precisamente ayer la sentencia de Barbastro no parecía una mera coincidencia. El alcalde de Lleida, Miquel Pueyo, calificó el hecho de “coincidencia dolorosa” y lamentó las declaraciones en un medio aragonés del juez que firmó la ejecución provisional de la sentencia en las que afirmaba, según Pueyo, que “temí por los bienes, hasta hubo amenazas de prender fuego al camión”. El alcalde lo calificó de “insulto a la madurez y civismo de los ciudadanos de Lleida”.

El presidente de la Diputación, Joan Talarn, aseguró que era “un mal día para la cultura, la justicia y la convivencia entre comunidades por un conflicto generado por razones políticas” y añadió que la coincidencia con el aniversario de Sigena era “un acto de escarnio más”.

La historiadora Carmen Berlabé lamentó que las pruebas documentales que aportó en el juicio “parece que no han servido de nada” y criticó duramente las palabras del presidente Lambán sobre el aniversario de Sigena: “Ha dicho que era de justicia poética, creo que este hecho es terrorismo emocional y hace perder la imparcialidad de la justicia”. Desde la plataforma de entidades culturales de Lleida afirmaron con ironía que “no sabíamos que en el día del aniversario nos encontraríamos con este ‘regalo’, que ha llegado por sorpresa”.