Descubren que en el siglo XVI ya se bajaban fallas en el Alt Urgell

La catalogación de un documento del fondo de pergaminos del Archivo Comarcal del Alt Urgell ha sacado a la luz un fragmento de texto que sitúa en esta comarca leridana el testimonio más antiguo hasta ahora localizado de la bajada de fallas del Pirineo. Se trata de un manuscrito del 5 de febrero del 1543, 220 años antes al documentado en Vilaller, que data de 1763 y era la mención explícita más antigua de la actividad fallaire que se conocía hasta ahora.

Es un hallazgo del historiador local Carles Gascón Chopo, técnico de patrimonio cultural del consell comarcal del Alt Urgell, que ayer describía el pergamino como un documento muy extenso, de 145 x 70,5 cm, que recoge una sentencia de delimitación entre los términos de La Seu d’Urgell, Alàs, Cerc y Torres d’Alàs. Una de las cláusulas del pergamino afecta a los vecinos de Alàs y Torres d’Alàs, que habrían mantenido duras disputas, incluso judiciales con heridos y algún muerto, en torno a la sierra de Les Peces, donde se levanta la iglesia de Santa Maria. La sentencia, según Gascón, “prohíbe a cada uno de los dos colectivos hacer faros y fallas en el término vecino”.

El pergamino, de 1543, es una sentencia arbitral por las disputas de Alàs y Torres d’Alàs por ubicar el faro

Al tratarse de una sentencia arbitral, el pergamino no permite aportar descripción alguna de la actividad ni las fechas en las que se celebraban las fallas, pero “implícitamente deducimos un profundo sentido identitario de la comunidad local”, en palabras de Gascón, hasta el punto de haber provocado un grave conflicto entre dos colectivos que se disputaban el espacio donde se debía desarrollar la celebración. El historiador destacó ayer la importancia del hallazgo “para la historia del Pirineo, al adelantar más de 200 años y cambiar de ubicación el inicio de la tradición”.

El Arxiu Comarcal se ha puesto ya en contacto con el departamento de Cultura de la Generalitat para incluir la información del hallazgo en la actualización de la documentación aportada a la Unesco, que reconoció la fiesta como Patrimonio de la Humanidad en 2016.