Mecenas para el Museu de Lleida

Uno de los actos más importantes en el Museu de Lleida en los últimos años. Así destacó ayer su director, Josep Giralt, la presentación de la donación de la colección privada de grabados del leridano Antoni Gelonch Viladegut, un total de 1.001 obras de casi medio centenar de artistas que abarca desde el siglo XV hasta la actualidad, una de las mejores de Europa en su género. El coro de la antigua iglesia de Sant Josep, justo donde arranca la exposición permanente del Museu, lucirá hasta septiembre una pequeña selección de una treintena de grabados (“una degustación, lo mejor de la casa”, comentó Gelonch), con obras de artistas como Durero, Rembrandt, Tiepolo, Goya, Picasso, Miró, Tàpies, Warhol, Liechtenstein, Subirachs, Barceló, Plensa y Perejaume, y también con un guiño local con nombres como Lluís Trepat, Rosa Siré o Benet Rossell, entre otros.

La pompa preparada para el estreno quedó un tanto trastocada con la ausencia a última hora del presidente de la Generalitat, el alcalde y el presidente de la Diputación debido a la gestión de la crisis del coronavirus (más información en páginas 3 a 9). La consellera de Cultura, Mariàngela Vilallonga, no se cansó en agradecer y valorar “la generosidad y altruismo” de Gelonch y “el honor que significa esta magnifica donación de arte para Lleida y toda Catalunya”. Asimismo, aprovechó para reclamar de una vez por todas una ley de mecenazgo “para facilitar que personas como Gelonch, con visión de cultura y de país, puedan protagonizar donaciones como esta”.

El director del Museu aseguró que el equipamiento leridano “dará un salto cualitativo en su discurso expositivo, que será más internacional, gracias a la generosidad de un mecenas como Gelonch”, del que trazó un breve apunte biográfico. Nada fácil por breve, dado el extenso currículum formativo y profesional de este leridano que el próximo día 26 cumplirá 64 años, licenciado en Derecho y Farmacia por la Universitat de Barcelona y graduado en IESE; que ha trabajado en multinacionales farmacéuticas, con una actividad profesional en Boston o París; miembro de la Acadèmia de Belles Arts Sant Jordi y del consejo social de la Universitat de Lleida; autor de libros de historia y de arte; colaborador y tertuliano en medios de comunicación y, sobre todo, un apasionado por el arte. En este sentido, Gelonch aseguró que “esta colección tiene que ser un instrumento al servicio de la cultura y de la sociedad”. El concejal de Cultura, Jaume Rutllant, señaló que “la extensión hacia la contemporaneidad que supone este conjunto artístico permite hacernos una idea de hacia dónde puede ir el relato artístico del Museu y el territorio”.

Durante el acto sobrevoló también la situación política el país con un “triste” recuerdo a la entrada de la Guardia Civil en el Museu en 2017 para llevarse las obras de Sigena, que contrastó con el operativo de los Mosos que acompañó el viaje de Barcelona a Lleida de la colección de grabados. Gelonch animó a “mi amigo de hace 35 años Joaquim Forn por su pronta libertad, que sea el faro de la nuestra”.

“Feliz de saberme un eslabón en el paso de las generaciones” Antoni Gelonch reconoció que estaba “muy feliz” por la culminación de un proyecto y “saberme un eslabón en el paso de las generaciones, porque desde pequeño mis padres me imbuyeron la idea de trascendencia”. Así, deseó que su colección privada, “construida de manera muy personal a lo largo de muchos años; estudiando, restaurando y mimando cada grabado uno a uno, siga viva en el Museu de Lleida, que la conservará y difundirá”. De hecho, confirmó que seguirá adquiriendo grabados, que irá depositando en el equipamiento museístico de su ciudad, integrados en la colección permanente.