Carla Simón teme retrasar el rodaje de 'Alcarràs' hasta 2021

El sector audiovisual vive estos días momentos de incertidumbre ante la crisis del coronavirus, con la paradoja de experimentar un gran consumo de contenido en plataformas y televisiones, pero con rodajes pospuestos, proyectos que se han quedado en un limbo sin firmar y con situaciones atípicas, como castings online para mitigar el parón.

Este es el caso de Alcarràs, el nuevo proyecto cinematografico de la realizadora Carla Simón –vinculada por parte materna a este municipio del Segrià–, quien se ha visto perjudicada por la situación actual. La cineasta, premiada con el Goya a la Mejor dirección novel en 2017 por Estiu 1993, en los momentos en los que se decretó el estado de alarma en el país se encontraba en pleno proceso de preproducción de su próxima película, que debe rodarse en Ponent, a falta de saber aún el lugar exacto. Según señaló la directora, cuando se ordenó el confinamiento en los hogares, ella se encontraba en pleno proceso de casting para el film, que define como una “crónica de la última cosecha” de una familia, con el trasfondo social de la despoblación y los nuevos modelos de agricultura.

Para esta cinta no recurrirá a actores profesionales, sino a intérpretes noveles, especialmente mayores y niños, que ya empezó a buscar hace casi un año en varios municipios y escuelas leridanas, y que a partir de ahora tendrá que continuar seleccionando a través de un casting online con el miedo de que este trabajo quede obsoleto, debido a la edad de muchos de los protagonistas, si finalmente la grabación tiene que posponerse al próximo año.

Simón tenía previsto empezar a rodar entre los meses de julio y agosto de este año, aunque si finalmente el plan de rodaje se retrasa, tendrán como límite el mes de septiembre, cuando tiene lugar la última cosecha de melocotones del año, con la posibilidad de que quede pospuesto para 2021. “El trabajo hecho no serviría porque los niños crecen”, lamentó la directora, quien no obstante remarcó que por encima de todo está la salud de las personas.

En su caso, señaló que su rutina no ha cambiado y continúa trabajando de día. Aunque tiene una azotea a la que puede subir para despejarse, dijo que aún no lo ha hecho por precaución. “No dejo de pensar en la gente que vive en casas minúsculas sin apenas luz, en la gente que tiene problemas para llegar a final de mes”, reflexionó la directora, quien afirmó vivir una “situación privilegiada” por “no sufrir”.