Joan Margarit: “Primero, acabar con el virus”

La tradicional ceremonia de entrega el próximo 23 de abril del Premio Cervantes, que en esta ocasión debería protagonizar el poeta leridano Joan Margarit –galardonado el pasado noviembre–, está en el aire debido a la pandemia por coronavirus, ya que aún no hay una decisión tomada respecto a una posible cancelación, según confirmaron ayer fuentes del ministerio de Cultura. La suspensión del tradicional acto protocolario no quita el sueño al poeta de Sanaüja. “Sería lo más lógico, de sentido común”, aseguró a SEGRE, porque “lo primero es acabar con este virus, que traerá mucha cola, y puede durar dos, tres o cuatro meses”. Desde su domicilio en Sant Just Desvern, Margarit remarcó que “estoy encerrado en casa, como todos los viejos, leyendo y escribiendo y ya veremos qué pasará; hay que tomárselo con el máximo optimismo posible porque, por ejemplo, durante una vida laboral tan extensa como la mía, lo difícil era que te dejaran confinarte”.

Eso sí, esta actual situación le ha pillado preparando el discurso oficial de aceptación del Cervantes, el premio de mayor prestigio de las letras hispanas, pero tiene claro que “solo veo dos soluciones: suspender la fiesta del 23 de abril y pasarla a otoño, o incluso aplazarla al año que viene”.

Esta sería la primera vez en la historia del galardón –en marcha desde el año 1976– que no se celebre en esa fecha, que coincide con el día de la muerte del escritor Miguel de Cervantes. En el acto de entrega del Cervantes está prevista la presencia de los reyes Felipe VI y Letizia, así como la habitual representación gubernamental. Cabe recordar que la semana pasada se suspendió la tradicional diada de Sant Jordi.

“Me preocupa más el drama de los muertos y que la vida se pare” Margarit también ha visto cómo su nuevo libro, Poètica (Empúries), ha salido al mercado pero con las librerías cerradas y sin presentaciones, aunque afirmó que “me preocupa más el drama del número de muertos y que la vida se hay parado como ha ocurrido históricamente con las pestes de todo tipo”. Pero añadió que “la vida intelectual no se para y si podemos celebrar la diada de Sant Jordi en verano, bien, y si tenemos que hacerlo más adelante, pues también, no puedo hacer nada más”.