Teleseries con acento de Lleida

Hace seis años decidió dejar Lleida, cogió la maleta y se fue a Madrid en busca de su sueño como actor. Los padres de Àlex Ricart no lo tenían nada claro. “En mi casa sufrieron mucho porque no sabían qué iba a hacer yo solo en la capital, pero ahora mi padre incluso les comenta con orgullo a sus amigos en el bar cuándo saldré en televisión”, explica a SEGRE este joven actor leridano que comienza a hacerse un hueco en el actual panorama audiovisual español. Los entusiastas de las series que triunfan desde hace años en cadenas televisivas estatales y en plataformas como Netflix han podido verle en títulos como Acacias 38, El secreto de Puente Viejo, Alta Mar, Cuerpo de élite, La que se avecina, Amar es para siempre, Servir y proteger, Centro médico o las más recientes Élite y Las chicas del cable, entre otras. Y no como figurante o extra (actores sin texto que sirven para ‘llenar’ las escenas), sino primero con ‘pequeñas partes’, que así se denomina en este mundillo audiovisual los papeles con hasta dos líneas de texto, y ahora como miembro del reparto, actores que ya interpretan algún personaje con hasta veinte líneas de texto. En este escalafón profesional, el siguiente paso ya es el de personaje secundario, previo a interpretar a un protagonista. Pero todo se andará.

Ricart recuerda que este ascenso no ha sido nada fácil. “Cuando llegué a Madrid me apunté a una academia de interpretación, pero trabajaba de monitor en un gimnasio y, los fines de semana, de camarero”.

Compatibilizó anuncios publicitarios –“no me gustó nada, muchas horas y mal pagado”– con algún papel teatral –“íbamos a taquilla y recuerdo que un día gané 2,5 euros”–, hasta que consiguió aparecer en la segunda temporada de Acacias 38, de TVE. “Me gustó, interpreté a un soldado con varias frases y, además, me permitió engrosar mi videobook profesional”. Desde entonces, el nombre de Àlex Ricart ha lucido en más de una veintena de teleseries, la última, el año pasado en Las chicas del cable interpretando al ‘inspector Sánchez’. La actual paralización de rodajes por la pandemia le ha pillado en Madrid, con hasta tres ofertas de trabajo truncadas. “Tenía proyectos en Madrid, Burgos y Valencia”, lamenta el actor leridano, que persigue el sueño de “algo fijo, al menos cinco meses por delante, para despreocuparme de tener que ir buscando trabajo y esperando a que me llamen”.