ESPECIAL
Rosas de Sant Jordi de puerta a puerta
'Que la crisis del coronavirus no venza a Sant Jordi'. Bajo este lema, los floristas catalanes se han aliado este año para mantener viva la tradición, aunque sea bajo mínimos y de forma simbólica. Algunos comercios leridanos han optado por repartir rosas a domicilio para que la ciudadanía pueda disfrutar de la Diada sin saltarse el confinamiento. Uno de estos negocios es la floristería Carol de Lleida, que tiene previsto entregar cerca de quinientas de estas flores a través de una empresa de mensajería. “La campaña de este año ha sido un proyecto más sentimental que económico”, explicó ayer la propietaria del establecimiento, Carolina Sans, que a pesar de registrar un descenso en el número de ventas, destacó que “la felicidad que sienten los clientes cuando reciben las rosas en sus casas es tan bonita y emocionante que nos hace sentir muy orgullosos”. Con precios que van de los diez a los 29,50 euros, dependiendo de los complementos de la rosa, esta floristería había agotado ayer su catálogo de productos. También la presidenta del gremio en Lleida, Anna Balañá, se mostró preocupada por el descenso en la facturación, que en algunas floristerías superará el 80%. Asegura que la campaña de Sant Jordi, junto con la del día de Todos los Santos, concentran gran parte del volumen de negocio anual y “tardaremos un año en volver a levantar cabeza de esta crisis”. “La mayoría de nuestros productos son perecederos y cuando nos vimos obligados a cesar la actividad por las restricciones del estado de alarma tuvimos que regalar todas las flores que teníamos en el almacén para no tirarlas, lo que se traduce en una gran pérdida de dinero”, destacó Balañá, quien hizo un llamamiento a la ciudadanía para comprar en pequeñas y mediadas empresas para contribuir a la recuperación económica cuando se acabe el confinamiento. Como única nota positiva, la presidenta del Gremi de Floristes de Lleida hizo referencia a la polémica por el intrusismo y la competencia desleal en la calle, apuntando que “en una situación tan excepcional como la actual, el ayuntamiento no ha podido aprobar las licencias de los paradistas”. Si hace dos años el sector había previsto vender hasta siete millones de rosas por Sant Jordi en el conjunto de Catalunya, este año se ha marcado como objetivo alcanzar las 400.000, un 5% de lo habitual. Más allá de los profesionales del sector de la flor, Sant Jordi es una fiesta transversal en la que también participan entidades sociales, que aprovechan la Diada para recaudar fondos y que este año perderán una de sus fuentes de ingresos anuales. Ante esta situación, entidades como la Obra Social del Hospital Sant Joan de Déu, con su campaña '#RosesPelsVulnerables', han impulsado la venta de rosas virtuales por internet. Por otro lado, tres establecimientos de la Zona Alta de Lleida ofrecen estos días un pack especial consistente en una rosa, dos raciones de paella de marisco y otras dos de pastel de Sant Jordi, aportados respectivamente por la Floristeria Arroyo, el restaurante Caravista y la pastelería El Cisne.