Se cumple un cuarto de siglo de la segregación de parroquias aragonesas de la diócesis de Lleida a la de Barbastro

El 15 de junio de 1995, hoy se cumplen 25 años, el nuncio Mario Tagliaferri comunicó al entonces obispo de Lleida, Ramon Malla, la resolución papal en virtud de la cual la diócesis leridana ‘cedía’ 111 parroquias aragonesas al nuevo obispado de Barbastro-Monzón. Un total de 84 parroquias oscenses pasaban a depender de inmediato de la Iglesia aragonesa mientras que las 27 restantes lo harían tres años después, el 15 de junio de 1998. La segregación respondía oficialmente a la voluntad de la Santa Sede de hacer realidad el deseo de la Conferencia Episcopal Española de adecuar los límites diocesanos a los provinciales, aunque curiosamente, un cuarto de siglo después esta redifinición de diócesis solo se ha practicado en el caso leridano. Sea como fuere, la decisión de Roma abrió poco después la caja de pandora de un litigio por 111 obras de arte del Museu Diocesà de Lleida que continúa más vivo que nunca en los ámbitos de la política y los tribunales. Y es que apenas una semana después de que se completara en junio de 1998 la segregación diocesana, el nuevo nuncio en España, Lajos Kada, emitió el ‘famoso’ decreto en el que, entre otros puntos, señalaba que “el patrimonio artístico procedente de las parroquias desmembradas y que se encuentra en Lleida está a título de depósito y no de propiedad, mientras la diócesis de Lleida no pruebe lo contrario en cada caso; por lo que de ser reclamado por sus legítimos propietarios, debe devolverse”. Arrancó así un proceso bautizado en los medios como “el litigio del arte o de los bienes”, cuyo penúltimo (?) capítulo se vivió el pasado mes de diciembre con una sentencia contraria a Lleida (ver desglose). Y sin olvidar los conflictos ‘paralelos’ del arte de Sigena (con la Guardia Civil llevándose obras del museo) y de las reclamaciones de Berbegal y Peralta de Alcofea.

El Tribunal Supremo ‘frenó’ en enero la orden de entregar el arte

Casi tres meses después de que la Guardia Civil se llevara del Museu de Lleida las obras de Sigena en virtud de la ejecución provisional de una sentencia y al abrigo de la intervención de la Generalitat por el artículo 155, el obispado de Barbastro-Monzón decidió probar suerte en los tribunales y, el 27 de febrero de 2018, presentó una demanda contra la diócesis de Lleida reclamando 111 obras originarias de las parroquias de la Franja. El obispo, Salvador Giménez, acabó declarando en los juzgados de Barbastro en mayo del año pasado, defendiendo y constatando con más de 4.000 documentos la propiedad de 83 de las 111 piezas. A pesar de todo ello, el juzgado ordenó el pasado 11 de diciembre –‘curiosamente’ el día del tercer aniversario del traslado del arte de Sigena– la “inmediata devolución” de las obras a Barbastro. Finalmente, a principios de enero, el juez paralizó esta orden al admitir a trámite un requerimiento de inhibición planteado por la Generalitat, lo que envió el caso al Tribunal Supremo, que ahora tiene la pelota del litigio en su tejado.