PATRIMONIO HISTORIA
La torre de Vallferosa ya tiene su libro
Hasta hace un cuarto de siglo, la torre de Vallferosa era uno más de los ‘tesoros’ de Torà. Cuando la veías por primera vez te sentías algo así como un descubridor. Se presentaba entonces como algo inesperado y sorprendente. Dejabas el coche en la plazoleta de Mas Clavells. Luego saltabas una pared de margen y cogías un camino retorcido de poco más de 1 metro de ancho y cubierto de vegetación. Tras andar un kilómetro, cuando te daba la sensación de haberte equivocado, de golpe aparecía de forma contundente la torre, decorada con el verde espeso de una vegetación en la que se enfrentan a muerte el pino de las montañas del Solsonès y el roble de la tierra árida de la Segarra.
Con los años el turismo ha ido haciendo suya Vallferosa. Se diseñó un acceso rodado hasta los pies del monumento, se habilitaron unas escaleras de madera de unos 10 metros para poder entrar en su interior y, finalmente, tras sucesivas fases de obras, se consiguió hacer visitable las entrañas del gigante.
La última pincelada que pone este patrimonio en valor ha sido el libro de 215 pàginas que, por un lado, recoge los estudios de la tradición secular sobre Vallferosa, y por otro, los de 15 años de investigación de un equipo de arquitectos, historiadores y arqueólogos y que ha visto la luz esta semana con la financiación de Generalitat, Diputación, Caixabank y el consistorio. El trabajo, con la aportación de 26 estudiosos, ha sido coordinado por el arquitecto de Cervera Josep Esteve y el arqueólogo de Tarragona Joan Menchon. Como reza la publicación, es “la obra maestra de la arquitectura militar del siglo X”. Vallferosa y su entorno tienen la facultad de trasladarnos en un instante a como era la vida rural hace 1.000 años. De hecho, es una fortificación única. Con sus 32 metros de altura (y un diámetro de planta de 12,80 metros) es la torre de vigilancia medieval más alta de Catalunya y posiblemente de Europa.
El libro sirve también para desmontar y reescribir buena parte de la historia del monumento. Su origen se sitúa entre los siglos VIII y IX y no en el X-XI como apuntaban las primeras fuentes documentales que se tienen del lugar. Ahora sabemos también que sus dos anillos de planta redonda o torres concéntricas que dan forma al edificio se levantaron de forma simultánea, y no en etapas constructivas diferentes, para dar mayor solidez defensiva a la fortificación original como se apuntaba hasta hace poco. Todo un gigante que con este libro es más asequible y fácil de conocer.
El volumen aparece justo cuando están a punto de arrancar las últimas obras que han de dejar finalizados los trabajos de recuperación del conjunto monumental iniciados en 2006.
¿Cuánta gente visita cada año Vallferosa?
Con exactitud no lo sabemos, pero las visitas guiadas superan el millar.
¿Las obras de rehabilitación repercutirán también en el entorno?
Posiblemente una parte de los actuales trabajos se destinen a mejorar el entorno con mobiliario y señalización de accesos.
¿Y el resto del conjunto monumental: iglesia y pueblo deshabitado?
La iglesia se intentó hace unos años. Era un proyecto de 700.000 euros para convertirla en centro de interpretación, pero no tenemos capacidad económica para afrontarlo. Del pueblo, donde se vivió hasta el final de la Guerra Civil, hay dos propietarios pero no llega ni la luz ni el agua. La torre y la iglesia son de la diócesis de Solsona, cedidas por 50 años.
¿Cómo es posible?
La inscribieron en el registro a principios del siglo XX.