Un Sant Jordi de rebajas en Lleida

Aunque en el santoral ayer era Santa Brígida, Sant Jordi trató de ocupar su lugar, justo tres meses después de que tuviera que quedarse en casa por culpa del coronavirus y en un trueque de calendario que tampoco funcionó. El resultado de esta fiesta del libro y la rosa de verano fue del todo irregular. En Lleida, en lugar de paradas de libros las protagonistas en el Eix Comercial eran las rebajas, y este Sant Jordi veraniego prácticamente pasó de largo, aunque sí pudo salir a la calle en capitales de comarca como Balaguer, La Seu, Tàrrega, Cervera, Mollerussa o Solsona. En Barcelona asomaron algunas paradas en las calles, con muchas restricciones y de forma cautelosa. En resumen, nada que ver con la multitudinaria diada de años anteriores.

En la capital del Segrià, las librerías recibieron a los clientes con mascarilla, gel desinfectante y aforo reducido. La Caselles, en pleno Eix Comercial, registró alguna cola en momentos puntuales, a mediodía y entre seis y ocho de la tarde. Su responsable, Jordi Caselles, explicó que “la sensación es que hemos despachado solo un 10 ó un 15 por ciento de una diada normal, pero dadas las circunstancias, hay que darse por satisfecho”. A los títulos más vendidos estas últimas semanas (de autores como Irene Solà, Pilar Rahola, Rafel Nadal o Joël Dicker) les salió un competidor de última hora que arrasó: M’explico, de Carles Puigdemont (La Campana).

La Cambra del Llibre de Catalunya celebra el “gran acierto” de trasladar esta ‘diada’ al 23 de julio

La sensación agridulce en Ponent contrastó con el optimismo del Gremi d’Editors y de la Cambra del Llibre de Catalunya. Su presidente, Patrici Tixis, celebró el “gran acierto” de trasladar Sant Jordi al 23 de julio, que “ha sido un día muy positivo”. Recordó que ya dijeron que la jornada “no sería como el día de Sant Jordi” y se mostró satisfecho de haber convertido la crisis en “una oportunidad”.