PATRIMONIO MEJORAS
Tàrrega restaura el cimborio de Santa Maria de l'Alba
El montaje de un andamio marcó el pasado martes el inicio de las esperadas obras de rehabilitación de las cubiertas del cimborio y de las fachadas asociadas de la iglesia de Santa Maria de l’Alba de Tàrrega, actuación largamente reivindicada y urgente porque el edificio presenta importantes filtraciones, goteras y humedades que afectan tanto al cimborio como al interior del templo religioso y que se agravaron con las abundantes lluvias del pasado otoño. A la vez, los trabajos servirán para retirar la vegetación que crece entre las piedras de la fachada del cimborio y las fachadas asociadas, ya que pueden ocasionar daños en la estructura del edificio.
Las obras cuentan con un presupuesto de 170.081 euros y un plazo de ejecución de seis meses, por lo que está previsto que finalicen entre enero y febrero del próximo año. Para financiar los trabajos la parroquia cuenta con una subvención del departamento de Cultura de la Generalitat (70.277 euros), otra del ayuntamiento de Tàrrega (33.275 euros) y una tercera del obispado de Solsona (21.127 euros), mientras que la parroquia debe hacer una aportación de un total de 45.401 euros. Por este motivo, a finales del año pasado dio inicio una campaña con la que hasta la semana pasada se habían reunido 35.220 € aunque aún faltan los 10.000 restantes.
La parroquia tiene que aportar 45.401 euros de los que hasta la fecha ha recaudado 35.220.
Estaba previsto llevar a cabo esta actuación hace cuatro años coincidiendo con las obras de rehabilitación del campanario de la iglesia aunque el presupuesto no fue suficiente para culminar el proyecto, que forma parte de un plan director de preservación del templo que se presentó el 2015 y que contemplaba diferentes acciones relacionadas con la rehabilitación de la estructura del templo y con la recuperación de diferentes espacios para abrirlos de nuevo al público.
Construida entre los años 1672 y 1694, la iglesia de Santa Maria de l’Alba de Tàrrega está declarada Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) en la categoría de monumento histórico y constituye un valioso exponente del barroco clasicista.