Gelonch hace un viaje en el tiempo para espolear el presente de Lleida

Antoni Gelonch presentó ayer en el salón de plenos de la Paeria el primer volumen de una trilogía de “memorias no heroicas”, según definición propia, Quan érem lleidatans (Viena Edicions), un retrato de la Lleida de su infancia y adolescencia, de 1956 a 1974, cuando se fue a estudiar a Barcelona. El título es un homenaje a Teresa Pàmies, pero para el periodista Francesc Canosa, encargado de conducir el acto, el título es mucho más. “Es una de las claves del libro”, aseguró. “El pasado de la forma verbal describe una ciudad en imperfecto, desincronizada en el espacio y en el tiempo, que siempre ha estado aislada, como una nevera, como un búnquer de Catalunya”. Para Canosa, Gelonch hace “una operación necesaria de retorno”. Nada de Control+Alt+Suprimir para la posguerra. Hace un inventario de una ciudad plagada de falangistas y paracaidistas. “Gelonch llena de memoria todos los agujeros” y rehuye de la nostalgia. “Hace falta que más gente viaje en el tiempo y entre un flasback y un flashforward puedan construir el presente”, sentencia el periodista de Balaguer. “En Lleida siempre ha habido movimientos basados en sustantivos: el leridanismo y el lleidatanisme. Tendríamos que pasar del sustantivo al verbo: lleidatanitzar. Lleida tiene que convertirse en el propio movimiento, la ciudad tiene que ser el centro de ese movimiento porque el sustantivo es lamentación, o exaltación”. Las limitaciones de aforo que imponen las restricciones sanitarias han animado a Gelonch a ofrecer otra presentación en Lleida. Será el día 16 en la librería Caselles y correrá a cargo de la historiadora Antonieta Jarne. Al día siguiente, el leridano presentará Quan érem lleidatans en Almacelles.