POLÍTICA CULTURAL MEMORIA
La pandemia frena la donación de libros a la Biblioteca Pública
Ya hace años que la Biblioteca Pública de Lleida acepta donaciones de libros y otros documentos (revistas, CD’s, vídeos, DVD’s) por parte de usuarios pero, ante la imposibilidad de incorporarlas todas a su fondo, el equipamiento cultural tiene en marcha dos programas de ‘redistribución’: uno para el público y otro destinado a todo tipo de entidades, centros educativos y asociaciones diversas interesadas en recibir libros. En los últimos años, la Biblioteca Pública recibía cada año en torno a los 12.000 libros; en 2016 fueron incluso más de 18.000. Sin embargo, los efectos de la pandemia sobre el equipamiento en 2020 también afectaron a las donaciones de usuarios, que el año pasado se redujeron a la mitad, cerca de 6.200 documentos. La directora, Antònia Capdevila, recordó que el edificio se mantuvo cerrado desde mediados de marzo y hasta el 1 de junio. Aquel mes solo arrancó el servicio de préstamo con cita previa. La entrada física de usuarios también se vio afectada en julio con el nuevo confinamiento del Segrià. A partir de septiembre se pudo recuperar el servicio, con las diversas restricciones de aforo establecidas entonces, que también se endurecieron en noviembre. “Todo un año de altibajos que hemos ido capeando como hemos podido, y sin actividades culturales presenciales, solo alguna grabada y emitida en streaming”, lamentó Capdevila.
De los casi 6.200 documentos recibidos en donación, la Biblioteca incorporó un total de 1.148 a su fondo; puso 2.536 a disposición de los usuarios en el espacio denominado Tria i remena, donde podían llevárselos gratis a casa; y redistribuyó 2.492 a otros centros y entidades. En 2020 disfrutaron de esta redistribución las escuelas Pardinyes, Pinyana, Joan XXIII y Joan Maragall de Lleida y La Rosella de Rosselló; los institutos Torre Vicens, Guindàvols y Terraferma de Lleida y el de El Pont de Suert; la Llar de Jubilats y la biblioteca municipal de Rosselló; la ludoteca Parc de Gardeny; la Escola de Música de la Alta Ribargorça; y la nueva biblioteca de la Dona Escriptora de Maldà, inaugurada a finales de enero (en la foto), entre otros.