Sanaüja se queda sin su poeta

“Uno tiene que estar siempre agradecido con el pueblo en el que nació, y yo no solo nací en Sanaüja sino que mi familia ya estaba aquí en el siglo XVIII”. Con estas palabras Joan Margarit rendía tributo a su población natal el 9 de mayo de 2017, jornada en que el pueblo le otorgó el título de hijo ilustre. Fue una jornada emotiva. Así tras las palabras del malogrado alcalde Josep Condal, quisieron intervenir todas las entidades de la pequeña población de la Vall del Llobregós.

Vecinos, puntaires, la escuela, la asociación de la Gent Gran. Algunos mayores todavía recordaron que tras estropearse el reloj del castillo, el padre de Margarit diseñó el Campanar de les Hores y lo levantaron en la plaza Mayor los mismos vecinos en 1929.

Como manifiesta la historiadora de Sanaüja y presidenta de la asociación Espitllera-Forum d’Estudis Segarrencs, “su obra tenía la virtud de conectar emocionalmente con un lector que no tenía porque estar acostumbrado necesariamente a la poesía culta. Quizás era por el bagaje vital y emocional propio”, y añade “era un hombre de la Segarra. Nació en Sanaüja, siempre lo resaltaba, y se hizo mayor en su casa de Forès, al otro extremo de la Segarra histórica y natural”.

La alcaldessa de Sanaüja, Gemma Martínez Sangrà, manifestó que era una jornada de duelo “para todo el pueblo” y recuerda que mantenía una relación constante con el ayuntamiento y los vecinos “por Navidades le pedimos publicar un poema suyo para felicitar a los vecinos; y posteriormente, nos dijo que quería presentar en Sanaüja durante el mes de octubre su último libro de poemas”.