Ponsa afirma que “facilitaremos la vuelta” de obras a Barbastro

La consellera de Cultura en funciones, Àngels Ponsa, dio ayer en cierta forma carpetazo a más de dos décadas de litigio por las 111 obras de arte del Museu de Lleida que reclama Barbastro. En declaraciones a los periodistas en Bellpuig, Ponsa aseguró que “facilitaremos la vuelta (sic)” del arte.

“Ya hemos comenzado a hacerlo”, añadió en referencia al envío el lunes de 23 piezas de orfebrería litúrgica al Museo Diocesano de Barbastro. Resulta significativo que en sus declaraciones aludiera en todo momento al ‘retorno’ de las obras, un término históricamente rechazado desde Lleida, ya que las obras no ‘vuelven’ a su lugar de origen, parroquias oscenses que pertenecían al obispado de Lleida, sino que viajan a otro museo, en Barbastro.

Ponsa también insistió en destacar que “el propietario” de las obras, el obispado de Lleida, anunció su disposición a entregarlas para cumplir con la justicia. “No seré yo quien me ponga en contra del obispo, ¡Dios me libre! Puedo entender sus motivos y no debemos focalizar la culpabilidad en el obispado, pero nos habría gustado no romper la unidad de acción entre todos los patronos del Museu, estábamos conjurados para ello, y no podemos oponernos a su decisión”, lamentó la presidenta del Consorci.

Tampoco mencionó en ningún momento que este visto bueno del obispado como depositario del arte religioso en el Museu ya lo habían dado anteriores prelados de Lleida, tanto Xavier Salinas como Joan Piris, cuando el litigio se desarrollaba aún en las instancias eclesiásticas, pero entonces siempre se esgrimía la unidad de la colección de arte, protegida por la ley de Patrimonio de Catalunya..

Sea como sea, para tratar de mitigar la decepción, Ponsa avanzó que a principios de marzo visitará el Museu para presentar un nuevo proyecto: “Ahora esperamos que marche lo que debe marchar para explicar que vendrá una parte de la colección de arte del MNAC y también obras de la colección de la Paeria que el Govern tiene en depósito”. La consellera comentó que “queremos que el Museu siga explicando el arte de la Franja tan bien como hasta ahora o mejor si cabe. Quizás también será una manera de dar un impulso al museo. Creo que la ciudadanía de Ponent estará contenta y orgullosa de su Museu, como lo ha estado siempre”.

Las multas que reclaman desde Aragón son un “sinsentido”

Àngels Ponsa se mordió la lengua cuando le preguntaron por las multas que el gobierno de Aragón reclamó a la jueza de Barbastro que impusiera al Consorci del Museu y al obispado de Lleida por rebasar el plazo del 15 de febrero en entregar el arte en litigio. Simplemente lo calificó de “sinsentido” recordando que “tenemos un calendario para el ‘retorno’, que haremos bien, que no se nos pueda decir que no hacemos las cosas bien, no tanto por lo que puedan objetar desde el gobierno de Aragón ni por respeto a la justicia sino porque el arte se lo merece y le damos el valor que tiene, algo que allí no se respeta”.

Cabe destacar que a la petición cursada el martes por la administración aragonesa para multar con 500 euros diarios el retraso, ayer también se sumó el propio obispado de Barbastro-Monzón, que acudió al juzgado oscense para solicitar sanciones económicas para el Museu y la diócesis leridana..

De visita por equipamientos culturales del Urgell y la Noguera

La consellera cumplió con un intenso programa de visitas a diversos equipamientos culturales del Urgell y la Noguera. En Agramunt pasó por el Espai Guinovart y la Fundació Viladot-Lo Pardal, donde celebró que se esté trabajando en la celebración en 2022 del Any Viladot, “el centenario de una figura relevante del arte y la literatura y por su aportación desde el territorio”.

Posteriormente, visitó el espacio artístico Planta de la Fundació Sorigué, en la Plana del Corb (Balaguer), y culminó el trayecto en Bellpuig, en el Convent de Sant Bartomeu. Ponsa puso en valor “la responsabilidad cultural corporativa de empresas y fundaciones privadas, que retornan cultura y arte a la sociedad”.

Eso sí, no pasó por el Museu de Lleida. “Tengo la conciencia tranquila.

El director sabe que nos tiene a su lado, mi presencia física no tiene ahora tanta importancia”, afirmó.