Ponsa asegura que lucharán “hasta el final” por los bienes

La consellera de Cultura, Àngels Ponsa, se reunió ayer de forma telemática con representantes de la Plataforma d’Entitats Culturals de Lleida para asegurarles que “estamos dispuestos a llegar hasta el final, hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos”, para defender el arte del Museu de Lleida. Cinco días antes del previsto primer viaje a Barbastro de las obras importantes del litigio, Ponsa quiso ‘dar la cara’, aunque fuera de forma virtual, ante las entidades de la sociedad civil de Lleida que más se han significado en los últimos años en defensa de la colección de arte.

Ante la sensación de opacidad y falta de reacciones frente a la ofensiva judicial, la consellera reconoció que “hemos fallado en la comunicación”. Eso sí, como ya hizo la semana pasada, insistió en que la decisión del obispo de Lleida –imputado junto al Museu– de entregar el arte en litigio “desarmó al resto de patronos del Consorci”.

La portavoz de la Plataforma, Xus Llavero, comentó que “desde las instituciones del Consorci querían también evitar que se repitiera la imagen de diciembre de 2017 con las obras de Sigena, con la Guardia Civil en el Museu”. Una de las entidades más críticas con la pobre reacción política, el Cercle d’Amics del Museu de Lleida, señaló que “no queríamos que la consellera se convirtiera en mártir –recordando las imputaciones por desobediencia de los exconsellers Vila y Puig–, pero tampoco que ella haga mártires a otros”, en alusión a la ‘acusación’ al obispo Giménez de acceder a la ejecución provisional de la sentencia.

El vicepresidente de la entidad, Manel Larraga, pidió no culpar exclusivamente al obispo: “Si desde el Cercle no hemos criticado a la consellera ni queremos verla imputada, ¿cómo podemos condenar así al obispo?”. En este sentido, tanto Llavero como Larraga recordaron que la convocatoria para adjudicar el traslado del arte se publicó antes de que el obispo manifestara su decisión de entregar los bienes.

Ambos también reclamaron a la consellera la máxima difusión del litigio a través de los medios públicos de comunicación porque “este es un problema que afecta al país y no solo del Museu de Lleida”. “¿Qué pasará más adelante con reclamaciones de Roda de Isábena, de Berbegal, de El Tormillo, del MNAC, del Arxiu de la Corona d’Aragó...?”, se preguntaron ante una sentencia judicial que “pone en riesgo también a todos los museos catalanes”.