El obispo de Lleida recuerda que el arte tenía que ir a parroquias y no a un local

Después del rifirrafe de comunicados cruzados los últimos días entre la conselleria de Cultura y el obispado de Lleida dándose la culpa unos a otros de la entrega de las obras de arte, ayer tanto la consellera de Cultura, Àngels Ponsa, como el obispo, Salvador Giménez, mostraron de nuevo su ‘unidad’ de acción, uno junto a otra en el Museu de Lleida aguantando el chaparrón de críticas en el acto convocado por el Cercle d’Amics del Museu. Eso sí, el prelado fue de los que habló con decisión y no quiso morderse la lengua.

Estaba molesto porque “se han llevado de Sant Llorenç una Mare de Déu que estaba al culto para exhibirla en un local donde nunca había estado”, en referencia a la escultura gótica originaria de Saidí que llevaba en Lleida desde 1940. En este sentido, Giménez recordó que “la sentencia decía que se tenía que devolver las obras a las parroquias originarias y no a un local”, en este caso el Museo Diocesano de Barbastro.

También cargó contra políticos y medios de comunicación aragoneses porque “han dicho que yo he puesto zancadillas al proceso, y me ofende que piensen que el obispo Meseguer, del que yo soy sucesor, era un diablo y un ladrón de arte. Es una barbaridad porque la realidad es que fue una persona que solo procuró que estas obras no desaparecieran”.

Giménez acabó calificando todo este litigio de “rarísimo, como la petición ahora de desmontar la fachada de Sant Martí Vell”, en alusión a la reclamación del municipio oscense de Peralta de Alcofea de la antigua portada de la ermita de El Tormillo, que Meseguer trasladó a Lleida cuando aquel edificio ya estaba en ruina..

Por su parte, la consellera de Cultura aseguró que “las obras no se descatalogarán porque creemos que volverán” y, en este sentido, descartó por completo cualquier tipo de reproducción para sustituirlas en el Museu por las originales. Àngels Ponsa esquivó las críticas asegurando que “hemos trabajado en la defensa del arte desde el primer día”, aunque reconoció que “hemos fallado en la comunicación”.

El vicepresidente del Cercle d’Amics del Museu, Manel Larraga, criticó este silencio de los responsables políticos de la pinacoteca y, aunque reconoció que “hoy habéis sido valientes” para acudir al acto revindicativo, en todo este proceso “nos habéis fallado”, entre gritos del público proclamando “¡gracias por nada!”. El acto continuó con la lectura de una manifiesto en defensa del Museu de Lleida y por la recuperación de estas obras.

El Cercle reclamó así impulsar reformas legislativas para que las ejecuciones provisionales sobre colecciones de arte no se ejecuten con la facilidad como se ha hecho con el Museu; denunció que, a pesar de tratarse patrimono catalán, el litigio se vea como un asunto local; y pidió el pronunciamiento del Parlament para impulsar la vía judicial hasta Europa..

Por otro lado, el alcalde de Lleida, Miquel Pueyo, aseguró que “el combate por el arte no se ha acabado”, aunque no se mostró optimista por el futuro judicial del caso, al menos en España. “No somos ingenuos, todo esto no está desligado de los casos en contra de la libertad de expresión o de lo que pasó ayer”, en referencia al regreso a Lledoners el martes de los presos del 1-O. “Esto abrirá la caja de Pandora para todos los museos del mundo”, añadió. El presidente de la Diputación, Joan Talarn, también manifestó que “ha sido un día muy duro para Lleida, un día que no debería haber llegado nunca”.

“Por fin las obras están donde tienen que estar”

El vicario general del obispado de Barbastro-Monzón y director del Museo Diocesano, Ángel Noguero, y el consejero de Cultura del gobierno aragonés, Felipe Faci, recibieron ayer con satisfacción al camión que trasladó desde Lleida las últimas 41 piezas del litigio de las parroquias de la Franja. “Por fin, podemos decir que están donde tienen que estar”, remarcaron tanto Faci como Noguero.

Este reconoció que es “uno de los mejores días” para el obispado y su territorio por la llegada de unos bienes “que simboliza que cada cosa tiene que volver a su sitio”. Noguero, que no descartó próximamente organizar una pequeña exposición temporal, informó que seguirán un protocolo para adaptar las obras a la temperatura y humedad, por lo que su desembalaje se producirá en los próximos días, cuando se comprobará su estado y si requieren de algún tipo de tratamiento.

Por su parte, Faci destacó que es un día “importante para Aragón, sus ciudadanos y el patrimonio; esperemos que éste sea el fin de este largo proceso”. Además, sostuvo que el Museo Diocesano de Barbastro-Monzón “está preparado para albergar estas obras”, espacio en el que la administración aragonesa ha invertido diez millones de euros.

De hecho, uno de los ‘invitados’ al acto de recepción de las piezas fue el expresidente de Aragón Marcelino Iglesias, bajo cuyo mandato se impulsó la rehabilitación de este equipamiento cultural. La directora general de Cultura, Marisancho Menjón, quiso mencionar entre el arte que llegó ayer de Lleida los frontales de Tresserra y Buira y la Mare de Déu de Saidí, “de excepcional valor”.