COMERCIO ESTRENO
“No dispensaremos solo libros”
La pandemia también ha afectado de lleno a la cultura, aunque el sector literario quizás ha sido de los que menos han recibido sus efectos negativos. Así, en los últimos meses se han abierto nuevas librerías en La Pobla de Segur, Alins y dos en Lleida.
Si en diciembre, La irreductible levantaba la persiana en Cappont, ayer se estrenó La Fatal, un local de más de 200 metros cuadrados en la calle Vallcalent, en la Zona Alta. Su responsable, el profesor de lengua y literatura Jordi Souto, se mostró ayer por la tarde sumamente satisfecho después de “una jornada con mucha gente, incluso en algunos momentos se han formado colas en la calle al tener que controlar el aforo”.
Por un lado, Souto vio cómo por fin cristalizó un proyecto en el que llevaba trabajando mucho tiempo aunque, por otro, también reconoció el reto que tiene por delante: “Somos conscientes de la competencia que tenemos que afrontar con las plataformas de venta digital, de hecho en las próximas semanas también queremos ofrecer este servicio, pero la idea es no convertirnos solo en simples dispensadores de libros sino contar con más ofertas, desde asesoramiento personal a actividades literarias, talleres, charlas y conferencias”. Souto destacó que “hemos detectado la expectativa de mucha gente, pendiente de cuándo abríamos, ya que nos decían que hacía falta una librería en esta zona”.
Alguno también preguntó por el singular nombre del nuevo establecimiento, La Fatal. Souto respondió que “queríamos huir de cierta consideración de la cultura y la lectura como pedantería, de una cosa para ‘letraheridos’, ya que vendemos libros para gente normal y corriente, y como el nombre de La Fatal sonaba bien y tiene este contrapunto gamberro, pues así la hemos bautizado”.
El local se estrenó con una amplia oferta de narrativa y también con espacio para la poesía, el ensayo y el libro infantil y juvenil. “En cuanto a las actividades literarias, quizás tendremos que esperar al próximo curso, según las restricciones”, añadió Souto, que ya aguarda con ilusión su primera diada de Sant Jordi.