“La literatura puede ser más real que la propia vida”

El músico del mítico grupo Sopa de Cabra, Gerard Quintana (Girona, 1964), presentó ayer en el Cafè del Teatre de Lleida su segunda novela L’home que va viure dues vegades, editada por Columna y ganadora de la 41 edición del premi Ramon Llull, dotado con 60.000 euros. El libro relata la historia de Salvador Martí, un poeta que firma obras como Pere Ponsatí —alter ego de Quintana—, quien según el autor “deberá luchar contra el destino al recibir una herencia envenenada de su padre”, y que tendrá la ocasión de vivir una segunda oportunidad.

La historia arranca en una pequeña cala de Ibiza en el año 1999, con los personajes Maria Ponsa y sus hijos Àngel y Alba, de cinco y siete años, que llegan hasta allí tras saber que el vuelo en el que iba su padre, Salvador Martí, ha sido cancelado y que llegará en el último de la noche. Sin embargo, un trágico suceso “lo cambiará todo para siempre”.

Según declaró el autor, “la mayoría de lo que sucede en la novela lo he vivido yo, la experiencia propia es el barro para moldear”. Incluso los personajes que aparecen retratados en la obra están inspirados en personas que conoció en Girona, Barcelona o Ibiza —algunos incluso mantienen el mismo nombre—, “pero la literatura, como el arte, puede llegar a ser más real que la propia vida”, añadió.

Quintana rompe con el hilo temporal —la historia empieza por el final— para centrarse más en la literatura y no tanto en la trama y hacer al lector más partícipe. Es una obra de dualidades, “en la que se desdibujan las fronteras entre realidad y ficción, entre el bien y el mal”.

Es un homenaje a la histórica librería Geli de Girona —regentada por su tío, Pere Rodeja i Ponsatí (1931- 2009)—, lugar donde empezó a soñar con ser escritor. También hace referencia a los poetas suicidas como Pasolini, Plath o Pavese, con quienes el protagonista mantiene un diálogo interno para encontrar el sentido de la muerte de su padre, y a músicos como Jim Morrison, Jimi Hendrix o Kurt Cobain, artistas que según el autor “fueron capaces de anticiparse a su muerte, son el paradigma de la creación que comporta la destrucción de uno mismo, lo que precisamente les condujo a la eternidad”.

“La mayoría de lo que sucede lo he vivido yo, la experiencia propia es el barro para moldear”

Respecto al premi Ramon Llull, Quintana declaró que ahora está mucho más preparado para afrontar tanto el reconocimiento como las críticas, al contrario que en los inicios de Sopa de Cabra, época que tildó de “vertiginosa”.