LITIGIO MUSEU DIOCESÀ
El obispo de Lleida lamenta “enfrentarse” a Barbastro
Dos meses y medio después de que se completara el traslado a Barbastro de las 111 obras de arte del Museu de Lleida en litigio con Aragón, el obispo de Lleida, Salvador Giménez, se explayó criticando a la diócesis ‘hermana’ en una entrevista publicada el martes en el medio digital Catalunya Religió. Giménez, prelado en Lleida desde 2015, aseguró que “he vivido muy mal y muy resignadamente” el litigio por el arte.
“Me preocupa que dos obispos o dos diócesis estén enfrentadas por unos bienes materiales. Creo que es una barbaridad; que nuestra Iglesia, que se llama católica, tenga que estar discutiendo”, añade, y recuerda al respecto que todo “desembocó en un juicio civil, habiendo de ir yo de acusado, y donde fui acusado por el obispado de Barbastro”.
Giménez afirmó que “me ofende profundamente que desde alguna instancia eclesiástica se haga pasar al benemérito obispo Meseguer como un ladrón, como un expoliador. Él no expolió ni robó a nadie. Creó un museo para evitar que nadie se llevara piezas, como después ocurrió con Erik el Belga en Roda de Isábena. Eran obras que a finales del XIX, los sacerdotes pensaban o que no podrían servir para nada o que eran valiosas pero no sabían cómo guardarlas”.
Afirma que “los obispos de Aragón a veces tienen algunas frases propias del discurso populista”
El obispo de Lleida añadió que “es un error grandísimo querer enfrentar a dos comunidades. Por eso, siempre he dicho a los obispos hermanos catalanes que nunca les pediría su apoyo. Así como me molesta que los obispos de Aragón digan que se ha humillado al pueblo aragonés y a veces tienen algunas frases propias del discurso populista”.
La segregación de las parroquias fue “una decisión errónea”
Salvador Giménez calificó la segregación de parroquias de la diócesis de Lleida de “herida”, que “desde el presbiterio de Lleida siempre se ha interpretado como una decisión errónea”. Al respecto, Giménez cita su propia localidad natal, Muro d’Alcoi, en la provincia de Alicante, pero perteneciente de siempre al arzobispado de Valencia. El prelado explicó que “las provincias se crearon en los años treinta del siglo XIX y nuestras diócesis son milenarias. Gran parte de la provincia de Huesca pertenecía a la diócesis de Lleida. Y no desde hace quince días sino de 1.150 años. La comunidad eclesial tiene una historia más antigua y rica que las provincias y comunidades autónomas. No sé qué interés hay en que estemos divididos entre Aragón y Catalunya”.