LECTURA INICIATIVAS
Los árboles también dan libros
Una vecina de Mollerussa regala volúmenes, atados con un lazo a un tronco || Por diferentes espacios de la ciudad, anunciándolo con una foto en Instagram
Desde hace un par de meses, algunos árboles de Mollerussa dan libros. Este singular ‘fruto’ literario es una iniciativa de una vecina de la capital del Pla d’Urgell, que quiere mantener el anonimato identificándose solo como L’escampallibres. El funcionamiento es simple: deja atado a un árbol con un lazo verde el volumen que quiere regalar; fotografía el espacio elegido de forma que sea muy reconocible para los vecinos de Mollerussa, y publica la imagen en Instagram para dar a conocer cada ‘novedad’ bibliográfica a disposición del primer interesado.
La autora de esta original actividad explicó a SEGRE que “durante todo el confinamiento tuve mucho tiempo para leer y me sentía tan bien que pensé que, para ayudar a la gente, podía difundir la lectura regalando libros”. Dicho y hecho, ideó esta fórmula a medio camino del bookcrossing, una actividad en la que la persona que coge un libro deja otro a cambio. “El bookcrossing te obliga más, yo solo trato de que la gente se lo pase bien, sin nada a cambio”, señaló esta vecina de Mollerussa, cuya actividad profesional está vinculada a la educación social.
Una iniciativa para “ayudar a los que les resulta caro comprar libros o les da pereza ir a la biblioteca”
Desde principios de abril, con una periodicidad aproximada de un libro a la semana, ya ha dejado en diversos árboles de la ciudad casi una decena de volúmenes. Y no se trata de libros viejos arrinconados en una librería. Lectora habitual de novela negra y policíaca, ya ha regalado thrillers como La pacient silenciosa, de Alex Michaelidis; L’àngel negre, de John Verdon, o El psicoanalista, de John Katzenbach, pero también obras de narrativa como Les dones de la Principal, de Lluís Llach.
“Cuando dejé el primer libro, pensé que no tendría éxito, pero en apenas media hora la gente lo coge, y ahora incluso me dejan comentarios de agradecimiento en Instagram”, afirmó. De hecho, comienza a hacerse ‘popular’ en Mollerussa. “Alguno que me ve dejando un libro me mira de forma rara, pero otros ya me reconocen como L’escampallibres o la del lazo verde”, añadió sonriente. También tiene muy claro que “seguiré un año o dos más, tengo muchos libros, incluso cajas llenas en el garaje”.