ARTE INVESTIGACIÓN
La Universitat de Lleida saca a la luz un dibujo inédito de Goya
Personal experto del Centre d’Art d’Època Moderna (CAEM) de la Universitat de Lleida (UdL) han identificado un dibujo inédito del artista aragonés Francisco de Goya (1746-1828).
Se trata de un pequeño retrato a lápiz sobre papel de Juana Galarza de Goicoechea, una comerciante adinerada que formaba parte de la familia política del pintor (su hijo, Javier de Goya, se casó con Gumersinda de Goicoechea, una de las hijas de la retratada). El dibujo en miniatura (en un pequeño papel de apenas 7 centímetros de diámetro) representa el perfil de una mujer madura, vestida a la moda de la primera década del siglo XIX y peinada con un recogido alto de estilo regencia.
“La pieza, de gran calidad, fue dibujada probablemente en Madrid entre los años 1805 y 1808, de forma resuelta y dinámica y con un resultado fino y exquisito”, explicó en un comunicado el catedrático de Historia del Arte de la UdL y director del CAEM Ximo Company.
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Este retrato de Juana Galarza de Goicoechea pertenece al legado de un gran coleccionista del siglo XX, cuyos antepasados lo adquirieron como una obra de Goya, un hecho que, sin embargo, hasta este informe técnico del CAEM no había podido ratificarse.
“El retrato solo podía haberse dibujado por alguien muy próximo a la familia Goicoechea y, además, tenía que ser un artista con un gran talento y una mano intuitiva y entrenada, que se hace evidente en la soltura con la que se realizaron cada uno de los trazos, sobre todo la mata de cabellos negros encrespados que corona la imagen”, añadió Company. En la atribución de esta obra han estado trabajando durante tres años el propio Company y la investigadora del CAEM Jésica Martí Egea.
“El proceso de investigación ha sido largo y meticuloso porque hemos querido abordarlo desde numerosos puntos de vista y contrastarlo con diversos expertos, pero ha valido la pena”, afirman..
Entre los detalles singulares del retrato, en el lateral derecho del dibujo puede leerse la palabra Goya, aunque no es la firma del autor. “Se trata de un tipo de inscripción muy común entre coleccionistas del siglo XIX para ordenar, de acuerdo con su saber y entender, los nombres del inventario de su colección, pero no es la firma del pintor”, aseguran los expertos, para los que la firma y paternidad de Goya la confiere el propio dibujo.