La fiesta de 'falles' de Isil se bailará también en el Liceu

El compositor de Valls de padre suizo Robert Gerhard (1896-1970), del que este año se está celebrando el 125 aniversario de su nacimiento, comenzó a crear en 1936 un ballet por encargo de los Ballets Rusos de Montecarlo.

Soirées de Barcelone, con libreto de Ventura Gassol, se ubicaba en Isil, en el Pallars Sobirà, en plena Nit de Sant Joan con fiestas de falles incluida. Sin embargo, primero la Guerra Civil –que llevó al compositor a París y poco después a Cambridge, donde vivió el resto de su vida– y, más adelante, la disolución de la compañía de danza monegasca, impidieron que esta pieza pudiera estrenarse. Hasta este año y, curiosamente, por partida doble.

El Gran Teatre del Liceu de Barcelona recuperará este fin de semana el ballet con el título La nit de Sant Joan, en una coproducción de danza con la Fundación Juan March obra del coreógrafo Antonio Ruz, con la versión original para piano de Gerhard y cuya partitura será interpretada por Miguel Baselga. Este ballet inédito ya pudo verse a finales de junio en su estreno en la sede madrileña de la Fundación March.

Un mes después, el 29 de julio, el festival Dansàneu disfrutó de otra versión de este ballet creado hace más de ochenta años. Bajo el título de Els focs de Sant Joan, fue una de las propuestas de la edición de este año del certamen aneuenc más destacadas, a cargo de la compañía Ballet Contemporani de Catalunya, con una coreografía ideada por Miquel G. Font y con Miquel Villaba al piano. El estreno llenó la iglesia de Santa Maria d’Àneu. Esta versión pudo verse también en el festival de Torroella de Montgrí.

Otra versión de esta obra, del Ballet Contemporani de Catalunya, pudo verse en julio en el Dansàneu

El coreógrafo cordobés afincado en Madrid Antonio Ruz presentó ayer en Barcelona su versión, que se podrá ver en el Foyer del Liceu en cinco funciones desde mañana y hasta el domingo. Su Nit de Sant Joan se celebra en el Pirineo, con una danza de antorchas que engendra el erotismo de las parejas y concluye con una boda al alba. Sobre las dos versiones del ballet, Ruz comentó que es “una feliz coincidencia” por el valor de la música de Gerhard.