Tatxo Benet ya tiene museo

El museo del arte ‘prohibido’ que impulsa el empresario y mecenas leridano Tatxo Benet se instalará finalmente en la casa Garriga Nogués de Barcelona, un edificio de principios del siglo XX en la calle Diputación, entre Rambla Catalunya y Balmes, justo al lado de la sede central de la Universitat de Barcelona. Benet tiene previsto que este nuevo equipamiento cultural, que durante cuatro años ha acogido las exposiciones de la Fundación Mapfre, abra las puertas de esta nueva etapa la próxima primavera. Cabe recordar que la Panera de Lleida acogió hace unos meses (desde septiembre de 2020 hasta el pasado enero) la primera exposición pública de la colección Censored.

Benet la comenzó tras adquirir en ARCO 2018 la serie fotográfica censurada del madrileño Santiago Sierra Presos políticos en la España contemporánea, entre ellos, políticos independentistas catalanes, entonces encarcelados. Desde entonces, ha acumulado más de 150 piezas, como la escultura de la austríaca Ines Doujak del rey emérito sodomizado (el equipo directivo del Macba fue cesado después de exponerla); la del escultor checo David Cerny que muestra a Saddam Hussein sumergido en formol, vetada en diferentes museos; o la del madrileño Eugenio Merino con una figura de Franco encerrada en una nevera del refresco más popular del mundo. Ahora las podrá exponer de forma permanente en un museo que dedicará al arte censurado.

En el estreno de Censored en la Panera, Benet ya desveló las razones para adquirir estas obras singulares: “Nadie tiene derecho a decirnos qué obra de arte es vulgar y cuál es más lírica; todos tenemos derecho a decidir qué queremos ver. Como decía Salman Rushdie: si el artista se siente amenazado, no será nunca libre del todo; si se ataca una obra de arte, se está atacando la libertad de expresión de los artistas y, por tanto, de todos nosotros”. Cabe destacar por otro lado que la serie fotográfica original de Presos políticos puede contemplarse desde 2019 en una de las salas del Museu de Lleida, cedida por Benet “hasta que presos y exiliados vuelvan a su vida cotidiana”.