PATRIMONIO RESTAURACIÓN
Minguell culmina sus frescos de Santa Maria de l'Alba de Tàrrega
La parroquia prevé inaugurar los murales en las próximas fiestas de mayo
Con la instalación de unos grandes andamios de más de 20 metros de altura en el presbiterio, esta semana se ha marcado el inicio de la última fase para culminar la obra pictórica que inició el año 2005 el pintor de Tàrrega Josep Minguell en la iglesia de Santa Maria de l’Alba de la capital del Urgell. Los trabajos de pintura aún tardarán días en empezar según confirmó ayer Minguell a SEGRE, quien destacó que dará a conocer todos los detalles de la obra el viernes de la próxima semana, día 26 de noviembre. En los años 50, la cúpula del presbiterio fue decorada por los artistas locales Francesc Marsà y Miguel Martí, según recordaba el periodista local Josep Castellà.
Por su parte, la parroquia de Tàrrega explicó que contempla poder inaugurar los nuevos murales en los laterales y el central del presbiterio coincidiendo con las fiestas locales de mayo del año que viene, que coincidirán con los 350 años del inicio de la construcción del actual templo, diseñado por el arquitecto Fra Josep de la Concepció. Paralelamente a las pinturas en el presbiterio, también se llevará a cabo la restauración del tejado que cubre el altar mayor, ya que se encuentra muy dañado. Está previsto que próximamente la parroquia impulse una campaña para conseguir fondos para el proyecto.
Cabe destacar que el padre del artista, Jaume Minguell, ya elaboró diferentes murales en la iglesia de Santa Maria de l’Alba entre los años 1958 y 1965, entre los que destacan los de la capilla de la Verge de Montserrat, la capilla dels Dolors, el baptisterio y los altares laterales de la parroquia, entre otros.
Una Capilla Sixtina en el Urgell
Las pinturas de Minguell en Santa Maria del Alba comenzaron en 2005 con Resurrectio y siguieron en 2007 con Nativitas. En 2009, el artista abordó las dos primeras bóvedas de la nave central con Liber Genesis, representando la creación del universo y del hombre.
Por último, en 2011, Minguell pintó las dos bóvedas restantes con escenas del Antiguo Testamento plasmando a Abraham, Isaac y Jacob. De esta manera culminaba la obra Murs de llum, un conjunto pictórico de 760 metros cuadrados, superficie similar a la de la Capilla Sixtina.