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Asesinatos políticos en los últimos 50 años en España
El periodista Àlex Romaguera publica 'Víctimes en so de pau' || Quince familiares hablan de sus dramas y cómo los superaron
El año 2000, Maixabel Lasa perdió a su marido, Juan Maria Jáuregui, asesinado por ETA. En 2011, la viuda accedió a encontrarse cara a cara con los asesinos de su marido. Aquel episodio, que ahora, una década después, ha dado pie a la película Maixabel, de Icíar Bollaín, también fue abordado entonces por el periodista barcelonés Àlex Romaguera (1970), especializado en movimientos sociales, la lucha por los derechos humanos y la memoria histórica.
De hecho, fue el embrión del libro Víctimes en so de pau, que acaba de publicar Pagès Editors. “Hace unos años me decidí a estirar el hilo para dar voz a víctimas de la violencia en los últimos 50 años en España, afectadas por el asesinato de sus familiares en los últimos años del franquismo, la transición o la actual etapa democrática”, explicó a SEGRE Romaguera, colaborador de El Temps, Público, Directa o el diario Gara. El resultado es un volumen con los dramas y testimonios de quince personas afectadas, que hablan de su periplo vital y del proceso que les ha llevado a implicarse en iniciativas sociales a favor de la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas.
En el libro, el lector se encuentra desde familiares de miembros de ETA a víctimas de los GAL, de grupos fascistas o de la masacre gihadista. Comenzando por las víctimas del tardofranquismo, como Merçona Puig Antich, que vio cómo a los 13 años su hermano Salvador fue ejecutado al garrote vil en la prisión Modelo de Barcelona en 1974. O siguiendo con Pili Zabala, cuya vida quedó marcada por el secuestro y asesinato en 1983 por los GAL de su hermano Joxi Zabala; o con Guillem Agulló, cuyo hijo, Guillem, murió asesinado en Valencia a manos de un grupo de militantes de extrema derecha; o con Pilar Manjón, madre de una de las víctimas de los atentados del 11-M en Madrid.
“El libro habla del duelo de estas familias y cómo lo han superado y quiere ser un espejo para que la sociedad haga memoria y que las víctimas sean reconocidas y reparadas por parte del Estado”, añadió el autor.