La novela más experimental de Miquel Àngel Estradé

Miquel Àngel Estradé, exalcalde de Les Borges Blanques, exdiputado en el Parlament y exsenador por ERC, se ha jubilado de la política, pero está muy activo como escritor desde que en 2015 ganó el premio Andròmina de narrativa por su obra L’assassí que llegia Vidal Vidal. “No paro de escribir”, reconoce. “Tengo cuatro o cinco novelas en un cajón”.

Pero no todas esperan el sueño de los justos. Ediciones Oblicuas acaba de publicar La noia que em servia l’esmorzar un libro en el que cambia de registro. “Había alternado la temática histórica y el género negro y me apetecía un cambio”.

La noia que em servia l’esmorzar narra la historia de un escritor extravagante que fabula sobre cómo es la vida de la camarera que le atiende cada mañana. Deduce que que su existencia es aburrida y le propone un cambio a través de la literatura. “Ni yo soy el escritor ni está basado en nadie que conozca”, advierte.

De hecho, esto es solo el punto de partida, porque la novela es experimental. “Me he dejado llevar por las lecturas que hice en los años setenta de literatura del absurdo, surrealistas...” Estradé sabe que puede desconcertar a sus lectores, “pero a los que entran en el juego, les gusta y yo me lo pasé muy bien escribiendo”.En esta particular reflexión sobre las fronteras entre realidad y ficción, Estradé hasta se ha atrevido con automatismos.