LITERATURA NOVEDAD
Relatos del ruso Maxim Ósipov, en versión 'leridana'
El filólogo de Térmens Arnau Barios traduce al catalán el nuevo libro del moscovita || El volumen 'Pedra, paper, estisores'
El escritor y cardiólogo ruso Maxim Ósipov retrata la Rusia del siglo XXI en Pedra, paper, estisores (Club Editor), un libro conformado por doce relatos, traducidos al catalán por el leridano Arnau Barios. El cuento que da título al volumen –publicado también en castellano por Libros del Asteroide– sigue la historia de una musulmana, un intelectual y una funcionaria del Estado, representados, respectivamente, por la piedra, el papel y la tijera, lo que a su vez supone una metáfora de los tres posibles caminos que a juicio del escritor puede tomar su país. Ósipov se encuentra esta semana en Catalunya presentando su nuevo libro.
Mañana jueves (19.00 h) lo hará en Lleida, en la librería La Fatal, acompañado del traductor y filólogo nacido en Térmens en 1989. Cabe recordar que Barios tradujo al catalán en 2019 la novela Eugeni Oneguin, de Pushkin, y hace apenas unos meses también publicó un volumen de relatos de Chéjov. En su tercera traducción, Barios ha dejado de lado los clásicos rusos para centrarse en un autor contemporáneo.
En su visita a Barcelona, Ósipov (Moscú, 1963) se mostró preocupado por la pérdida de interés que hay en la Rusia actual por conocer la verdad. “Puede ser un fenómeno global, pero en Rusia afecta especialmente porque es un país de provincias y, como tal, repite de forma grotesca lo que sucede en la ciudad”. En sus cuentos, la historia y el pasado del país tienen mucho peso, uno “no se lo puede sacar de encima” en Rusia, donde personajes como Iván el Terrible o Stalin forman parte de la realidad del presente más que de la historia.
En este sentido, criticó que el gobierno ruso haya creado la idea de que en la historia del país todo ha sido “excepcional y maravilloso, y que si ha sucedido algo malo ha sido porque se ha intentado cambiar, lo que ahora pretenden evitar a toda costa”. Ósipov también lamentó, a su juicio, la censura que hay en su país, “algo ya muy común en la televisión”, y que asegura que, si de momento no afecta a la literatura y las bellas artes, “es por el poco tiraje que tienen”.