Arrancan cuatro pinturas de los años 50 de la iglesia de Tàrrega

Expertos en restauración y el artista Josep Minguell emularon ayer en Tàrrega los trabajos que hace un centenar de años se llevaron a cabo en iglesias del Pirineo para salvar el arte románico, arrancando las pinturas con la entonces novedosa técnica del strappo. En esta ocasión, se trataba de cuatro pinturas mucho más modernas, las figuras marianas que el artista de Tàrrega Francesc Marsà pintó en los años 50 del siglo pasado en el ábside de Santa Maria de l’Alba. El objetivo: reubicarlas en una capilla lateral sobre un soporte de tela, para que Minguell pueda culminar su gigantesco proyecto mural en el templo parroquial de la capital del Urgell, que inició en 2006 y que, al finalizar, superará los 1.000 metros cuadrados de murales al fresco.

Iris Hernández, del Institut Universitari de Restauració del Patrimoni de Valencia, recordó que “la técnicadel strappo consiste en arrancar únicamente la película pictórica superficial de la obra tras adherir sobre las imágenes telas pegadas con cola orgánica”. En este caso, se trataba de pinturas al óleo, “de una mayor complejidad”, motivo por el que hace unos meses, para verificar que funcionaba, llevaron a cabo una prueba con la supervisión técnica del Centre de Restauració de Béns Mobles de Catalunya. Jaume Aligué, del patronato de la parroquia, recordó que este martes se cumplieron justo 350 años del desplome del campanario, que obligó unos meses después a derrumbar el resto del edificio y proyectar el actual, de estilo barroco. Tàrrega conmemorará la efeméride durante este 2022 con diversos actos.