'Alcarràs', de Carla Simón, conmueve en la Berlinale

El catalán con acento leridano sonó ayer bien alto en la Berlinale con la proyección en la sección oficial del festival de Alcarràs, el particular homenaje de Carla Simón a un modelo de vida familiar basado en la agricultura, cada día más amenazado, que cosechó una gran ovación del público y buenas críticas de los profesionales. La cineasta barcelonesa, con vínculos familiares en esta localidad del Segrià, no viajó sola a la capital alemana sino que desfiló por la alfombra roja junto a la mayoría de protagonistas del film, actores no profesionales fichados tras un extenso casting por pueblos del Pla de Lleida en el que participaron unas 9.000 personas de todas las edades. Cabe recordar que la cinta se rodó el verano pasado en diversas localizaciones del Segrià y el Pla d’Urgell, con un año de retraso por culpa de la pandemia.

Alcarràs retrata el último verano de una familia dedicada a la recogida del melocotón. No habrá otra cosecha, ya que el propietario de las tierras que cultivaron durante décadas las dedicará ahora a otro negocio más lucrativo: las placas de energía solar. “Es un dilema o una ironía que así sea.

La energía solar es una buena idea, algo que el mundo necesita, pero que ahora quita a los agricultores sus tierras”, explicó Simón.Como en su primer largometraje, Estiu 1993, premiado hace cinco años en la Berlinale, la historia parte de una experiencia personal, la muerte de su abuelo. “La marcha del mi abuelo, que siempre había trabajado en el campo, me hizo poner en valor su legado y me pregunté si realmente aquellos árboles permanecerían allí para siempre. Y la respuesta, seguramente, es que no”, reflexionó Simón.

Alcarràs transmite no solo la nostalgia de ese último verano, entre cajas de melocotones y mermeladas y alguna bronca familiar. También se hace presente la rabia del agricultor, que ve extinguirse la base de su existencia. Uno de los miembros de la ‘familia’ de ficción de la cineasta, Albert Bosch –que interpreta al hijo adolescente–, explicó ayer que “de pronto dejé de trabajar en el campo diez horas al día para hacer una película.

Y he podido mostrar lo duro que es este trabajo y lo poco valorado que está”. No faltó a la cita la consellera de Cultura, Natàlia Garriga, que afirmó que Alcarràs y Un año, una noche (la cinta de Isaki Lacuesta proyectada el lunes en la Berlinale) “son dos grandes ejemplos de la calidad del cine catalán”.

Mermelada de melocotón del Segrià especial para el festival

Alcarràs y la fruta del Segrià no solo se ‘consumieron’ ayer en la gran pantalla sino que la Berlinale disfrutó de una edición especial para el festival de mermelada de melocotón leridana, en una iniciativa promocional impulsada por el patronato de promoción económica de la diputación de Lleida y Fruita Blanch.

En este sentido, el presidente de la corporación provincial, Joan Talarn, deseó en Twitter “mucha suerte” a Carla Simón y las productoras de Alcarràs –película que también ha contado con el apoyo de la Diputación– “y a tanto talento conjurado para explicar la transformación del campo leridano”. Desde el ayuntamiento de Alcarràs también enviaron “nuestras mejores vibraciones para mirar de convencer al jurado, que es muy y muy exigente”. Asimismo, el municipio anunció que hoy retransmitirá la ceremonia de entrega de premios de la Berlinale, en Lo Casino a partir de las 18.30 (alfombra roja) y 19.00 (la gala). “En cuanto a nosotros, ya habéis ganado, igual como todos los que amamos este maravilloso pueblo”, añadió el ayuntamiento.