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MÚSICA ENTREVISTA

Quique González: “Tengo ganas de cantar en Lleida, territorio casi nuevo”

El cantautor madrileño Quique González, el viernes en el Auditori Enric Granados || Presentará su último álbum, 'Sur en el valle'

Quique González se mudó hace 17 años de Madrid a Cantabria.

Quique González se mudó hace 17 años de Madrid a Cantabria.BLACK IZAR

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Con una sólida trayectoria rockera de casi 25 años, el cantautor madrileño Quique González (1973) ha ido mudando la energía eléctrica de sus primeros discos ‘urbanos’ hacia la música más reposada, acústica, fruto también de sus ya 17 años viviendo en los Valles Pasiegos de Cantabria. Un paisaje sonoro que se refleja en su último trabajo discográfico, Sur en el valle, con el que llegará este viernes al Auditori Enric Granados de Lleida (21.00 h, 31€). “Tengo muchas ganas de cantar en Lleida, no será la primera vez pero me hubiera gustado venir en más ocasiones porque es un territorio casi nuevo para mí”, aseguró ayer a SEGRE en conversación telefónica.

Antes de pasar por la capital del Segrià, actuará mañana en el Palau de la Música Catalana, en el marco del festival GuitarBCN. “Barcelona es una plaza importante y tocar en el Palau es como hacerlo en tierra sagrada, probablemente el mejor escenario posible”, comentó este artista, respetado por la crítica y con uno de los públicos más fieles. El título de su último disco hace referencia al viento del sur en su territorio cántabro de adopción.

“Es un poco como la tramuntana, cuando sopla el sur tiene efectos en el ánimo, en las emociones de la gente”, explicó. “Me gusta escribir canciones que hablen de mí, son el reflejo y la proyección de mi propia vida. Llevo ya 17 años viviendo en la montaña (primero aislado, ahora con mi pareja y mi hija) y esto se nota en las letras porque el entorno siempre te condiciona y afecta a tus relaciones. Ahora, en mis temas hay más elementos de la naturaleza que urbanos”, señaló Quite González, ajeno ya a unos inicios en el que el paisaje de los bares y la noche predominaba. “En la ciudad hay muchas distracciones. En la montaña en cambio estás mucho tiempo solo y te marca el carácter introspectivo. Me suele pasar que cuando voy a Madrid por cuestiones profesionales, a los tres días ya me siento fuera de juego”, reconoció un cantante que se considera “parte de la vieja escuela, de los últimos coleccionistas de vinilo”, concluyó.

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