“Llevo la ruralidad en mi ADN”

Vive en Barcelona desde los 18 años, cuando dejó la masía familiar en la Noguera para ir a estudiar Publicidad y Relaciones Públicas y, posteriormente, Investigación y Técnicas de Mercado. “Pero llevo la ruralidad en mi ADN”, por lo que la primera novela de esta comunicadora y profesora universitaria, Canviar de pell, gestada a lo largo de diez años, está ambientada en Ponent. Es un libro protagonizado por “mujeres fuertes y resilientes que luchan por ser felices”, como Mercè, una adolescente inocente a la que le sucede algo que la obliga a irse de casa y establecerse en Francia.

Una historia de superación “totalmente inventada, pero es una ficción que se ha inspirado en las historias que me explicaban mis abuelos sobre su juventud, por eso les dedico el libro”. Para Aina Gatnau (1986), que una editorial de prestigio como La Magrana le haya publicado su primera novela “es una gran ilusión”, pero tiene miedo de defraudar las expectativas depositadas en ella. “Las mujeres no nos libramos del síndrome de la impostora”, reconoce.

“Hace poco oí a dos periodistas muy conocidas que afrontaban Sant Jordi con los mismos miedos que yo y me di cuenta de que, lamentablemente, nos pasa a todas”. Es madre de un niño pequeño y reconoce que ahora tiene menos tiempo para escribir, pero seguirá. “La literatura es un 80% de trabajo mental y un 20% de escritura y en mi cabeza ya está muy avanzada la segunda novela”, dice.

Con una prosa poética, Canviar de pell está estructurada a partir de escenas muy cortas. Son casi imágenes de Instagram. Por contra, “dicen cosas muy profundas”.

Dos alcaldesas que conocen bien los paisajes de la novela de Gatnau, Solés Carabasa, de Ponts, y Montserrat Fornells, de Vilanova de l’Aguda, serán las encargadas de presentarle el libro en Ponent. “Jugar en casa siempre es especial”, asegura.