El film 'Alcarràs' emociona en Málaga

La directora barcelonesa Carla Simón ya sorprendió en 2017 en el Festival de Málaga con su primera película, Estiu 1993, que logró la Biznaga de Oro, y ayer volvió deslumbrar con la segunda, Alcarràs, con la que el pasado febrero ganó el Oso de Oro en la Berlinale y que emocionó en la primera proyección en un festival español. “Todo parte de mis tíos, que cultivan melocotones en Alcarràs, por lo que es un sitio que hemos vivido de cerca”, explicó en la rueda de prensa previa Simón, que sentía “un deseo muy fuerte de retratarlos”. La directora comentó que “tenía claro que debía rodar con gente de ahí, no con actores profesionales”, porque quería “mantener el catalán específico que se habla en la zona” y que se viera que “un agricultor se mueve, se sube a un tractor o coge un melocotón de una manera propia”.

Igual como sucedió en el festival berlinés, Simón desembarcó en el certamen de la Costa del Sol acompañada de la mayoría de los protagonistas leridanos de la película, que volvieron a ejercer de estrellas: desde el ‘matrimonio’ Solé, interpretado por Jordi Pujol Dolcet y Anna Otín; hasta los jóvenes Albert Bosch, Xènia Roset y Ainet Jounou; el veterano Josep Abad y otros miembros del reparto como Montse Oró o Berta Pipó. Con Alcarràs, Simón ha querido reflejar “la precariedad del oficio más viejo de la humanidad, la agricultura”. “Es una pena que no nos demos cuenta de la importancia de cuidar al pequeño agricultor porque es la única forma de mimar la tierra”, advirtió la cineasta.

Sobre el hecho de trabajar con actores no profesionales, Simón dijo que “lo más importante es que ellos se creyeran las relaciones familiares” y reveló que alquilaron una casa en Lleida para trabajarlas por parejas y grupos. Cabe recordar que Lleida vivirá el preestreno mundial de la película en el Teatre de la Llotja el 26 de abril, tres días antes del estreno comercial en las salas de cine de todo el país.

“Me ha costado creerme que todo este éxito pasa de verdad”

Simón reconoció que “me ha costado creerme el éxito del film; durante un tiempo me despertaba de noche preguntándome si todo esto estaba pasando”.

La cineasta reveló que “después de Berlín parecía que estaba tranquila, pero he dormido fatal esta noche” ante las dudas por cómo recibiría el público de Málaga la película. De todos modos, aseguró que no siente presión: “Sentía mucha después de Estiu 1993, pero con Alcarràs hemos llegado más lejos y no era nada evidente porque es una cinta muy compleja, en la que hemos tomado muchos riesgos”. El film plantea un dilema “lícito”: tradición o cambio. “Yo reivindico la agricultura en familia, a pesar de que está desapareciento porque no es sostenible”.