“Viladot siempre fue un niño infeliz”

La archivera y escritora Teresa Ibars lleva años estudiando el legado de Guillem Viladot y de este trabajo de hormiga ha surgido una biografía tan inclasificable como el propio biografiado, El silenci de l’angle (Ed. Fonoll). “Pau Minguet, director de la Fundació Viladot dice que más que un artista multidisciplinar era indisciplinado, y esa definición me gusta mucho”, reconoce.

“En los archivos personales encuentras muchas astillas que te permiten hacer retratos psicológicos poco ortodoxos, pero muy interesantes”. Ibars se acercó a Viladot con cierto reparo. “No me resultaba simpático, me parecía un artista estirado, pero a través de mi pareja, Xavier Porta, entendí que ese Viladot excesivo era un personaje que se había creado para proteger al niño triste e infeliz que nunca dejó de ser”.

Escritor, poeta visual, articulista, farmacéutico, agitador cultural, Viladot tocó todos los palos, pero no ha tenido un centenario oficial. “Me enfadé mucho por el menosprecio de la periferia”, pero cree que la polémica acabó siendo muy viladotiana y ha dado más visibilidad a la efeméride. Ibars retrata a un artista avanzado a su tiempo que “abordó la diversidad sexual cuando ni siquiera sabíamos que existían las siglas LGTBI” y que convirtió Agramunt en un universo literario, Riella.

“Y Agramunt ha estado a la altura y ha cuidado su legado”. El silenci de l’angle. Guillem Viladot o el desfici pel jo se presenta hoy en el Cafè del Teatre a las 19.00h con la presencia del presidente de la Diputación, Joan Talarn; la historiadora y escritora Antonieta Jarne, el escritor y crítico de arte Joan Minguet; el editor Josep Gelonch y la autora.