LITERATURA NOVELA
“Este nuevo siglo es rabioso”
Sebastià Alzamora critica en 'Ràbia' la agresividad humana “cada vez más creciente” || El libro surge de una experiencia personal obra de “un malvado”
El escritor mallorquín Sebastià Alzamora (1972) sufrió hace algo más de dos años un episodio que le llenó de rabia e impotencia: vio cómo su perro murió envenenado por “algún malvado, en un acto de estupidez espantosa sin ningún sentido”. De aquella experiencia surgió la idea de Ràbia, su nueva novela, recién publicada por Proa, y de la que habló el viernes en Lleida con SEGRE. “No sé escribir con las emociones en caliente, pero cuando se enfriaron pensé en una historia que ligara este episodio con otros hechos cada vez más habituales de la vida cotidiana, que tienen que ver con el deterioro de la convivencia, con la agresividad de mucha gente al dirigirse a los otros o entre ellos mismos”, explicó el escritor de Llucmajor.
En el libro, Alzamora compara esta “agresividad ambiental” cada vez más creciente con la rabia que, de forma irónica, “no afecta a la perra protagonista sino a las personas”. Además, ambienta la novela en una isla mediterránea que bautiza como Bellavista, en un guiño a su Mallorca natal, la del “turismo masificado de borrachera, que sale cada verano en las noticias por ser la cuna del balconing”. “Podemos enorgullecernos por esta aportación mallorquina a la cultura universal”, añade con ironía.
Bellavista también es el nombre paradójico para “lugares que habían sido preciosos antes de que el turismo los destruyera por pura codicia y afán de dinero fácil”. Alzamora lamenta que “ahora estemos en la periferia europea, adonde mucha gente acude unos días a desahogarse con el ocio más salvaje, sin miramientos para los que viven allí todo el año”. Un cóctel de sentimientos que se plasman en la novela y que provocan en el escritor la sensación de que “estamos en un nuevo siglo rabioso, que comenzó con el atentado a las torres de Nueva York, siguió con las guerras de Irak y Afganistán, la crisis económica de 2008, los atentados yihadistas, la pandemia y ahora la guerra dentro de Europa”.
Alzamora advierte de que “el tono de la historia de Ràbia no es amable, pero también hay relámpagos de una cierta belleza humana y animal”. Por eso, el autor concluye que “siempre tengo un punto de esperanza en el ser humano”.