Los Acordionistes del Pirineu reúnen a unas 4.000 personas

La Trobada amb els Acordionistes del Pirineu, con un programa repleto de actuaciones durante los últimos seis días, uno más de lo habitual, cerró ayer su 45 edición sumando más de 4.000 espectadores amantes de la música tradicional, que disfrutaron de los conciertos repartidos desde la semana pasada entre La Seu d’Urgell, Arsèguel y Castellbó, y también en Puigcerdà. Eso sí, el denominado Gran Concert Catalunya, con el que ayer por la tarde tenía que ponerse el broche final al festival en el Parc del Cadí de La Seu, acabó cancelándose poco antes del inicio debido al temporal de lluvia que cayó en esos momentos sobre la capital del Alt Urgell. La organización suspendió el concierto al no haberse previsto un escenario alternativo y despidió así una de las mejores ediciones de los últimos años.

Más de 80 intérpretes de diferentes partes del mundo participaron este año en esta cita musical tradicional, que en esta ocasión volvió a estar presente en Arsèguel, la cuna de la Trobada en 1976, tras tener dificultades el año pasado por motivos de logística derivados de las restricciones por la pandemia. El concierto central en el entoldado del pasado sábado reunió a cerca de 40 músicos y más de 1.000 personas, como destacó ayer el fundador y director del evento, el músico Artur Blasco, que aseguró que la cifra de asistentes “se asemeja a los de los mejores años del festival”. El director habló de “éxito” y señaló que “el público se ha seleccionado”, haciendo referencia a que “ahora ya solo acuden espectadores interesados en nuestra oferta específica y nadie viene sin saber lo que presenciará”.

Blasco también quiso remarcar la selección de oferta musical “de máximo nivel mundial”. El conocido investigador y divulgador del cancionero popular de los pueblos del Pirineo apuntó asimismo a que hace meses que ya están preparando la Trobada amb els Acordionistes del Pirineu de 2023, de la que dijo que “ya tenemos la mitad de la programación cerrada”, advirtiendo de que “habrá cambios”, aunque “ya nos queda poco margen para innovar”. Como resulta habitual en las últimas ediciones, los jardines del Hotel Andria de La Seu acogieron el pasado viernes el concierto inaugural de un certamen que culminó ayer de forma precipitada por culpa de la lluvia.