CINE HISTORIA
Recuerdos de cine en Anglesola
Cal Marina conmemora los 90 años de la proyección en este local de la primera película sonora || Exposición mañana de material y fotografías de la época
El matrimonio Antoni Ruera y Anna Casteràs y su hija, Diana Ruera, junto a un proyector de Cal Marina.
Anglesola recordará mañana los 90 años de la proyección de la primera película de cine sonoro en Cal Marina de esta localidad del Urgell, justo un 13 de agosto del 1932, jornada que también coincidió en sábado. Diana Ruera, una de las responsables del establecimiento –que funciona desde hace años como bar-restaurante–, explicó ayer que “nuestra casa ha sido durante mucho tiempo un centro de interés cultural y ahora histórico de Anglesola y del Urgell, y por este motivo queremos darla a conocer al territorio”. Para conmemorar la efeméride, mañana a partir de las 10.00 horas organizarán diferentes actividades entre las que destaca una exposición de objetos, documentación y fotografías antiguas, todo inédito.
Los visitantes podrán ver una radio gramola, un tocadiscos Ariston que funcionaba con discos de cartón perforado, el proyector, listas de los socios del cine de la época, fotografías.. El momento más esperado será la proyección de un corto de cine mudo con el acompañamiento de piano en directo a cargo del músico de Castellserà David Pradas. Ruera adelantó que el audiovisual, de unos 10 minutos, recopila fragmentos de tres films: Sherlock Jr., de Buster Keaton (1924), La quimera del oro, de Charles Chaplin (1925) y La mansión encantada, de Harold Lloyd (1920).
Si bien en Cal Marina saben cuándo empezaron a proyectar cine sonoro, el día 13 de agosto de 1932, no han podido encontrar documentación de cuándo empezaron las proyecciones de cine mudo, aunque Ruera afirmó que, según algunos indicios, “fue ya a principios del siglo XX”. El objetivo de la familia es seguir investigando para poder completar la historia del cine en Anglesola. La madre de Diana Ruera, Anna Casteràs (al frente de Cal Marina), recordó que fue ella quien vendió la última entrada del local de cine hace ya 43 años, en 1979.
Su hija comentó que supieron que el cine sonoro llegó a Cal Marina en 1932 de “casualidad”: “Un amigo nos pidió información para un documental y hace un mes, mi padre, Antoni Ruera (nieto del promotor del cine en Anglesola), hizo la cronología y vimos que este agosto se cumplían nueve décadas”.
