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ASOCIACIONES REPORTAJE

Los retos del Caliu Ilerdenc del siglo XXI

Manel Gigó, el nuevo presidente de esta entidad de Lleida con más de 80 años de historia, busca abrirla más a la ciudad || La incorporación de la mujer como 'caliuenca', la asignatura pendiente

Manel Gigó, ante un mosaico dedicado al Caliu Ilerdenc, en la sala de actos de esta entidad cultural.

Manel Gigó, ante un mosaico dedicado al Caliu Ilerdenc, en la sala de actos de esta entidad cultural.CALIU ILERDENC

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La historia del Caliu Ilerdenc le supone una pesada mochila que a veces le resulta abrumadora, pero Manel Gigó la asume como un reto más como nuevo presidente de esta entidad cívica de Lleida, nacida en 1941, a ‘cubierto’ del entonces nuevo régimen político franquista. Tiene muy claro que a la gente que identifica el Caliu con épocas políticas pretéritas “se les paró hace décadas el reloj de la historia, deberían darle cuerda”. Después de seis años de caliuenc, este empresario del sector textil y comercial de Lleida tomó posesión el pasado mes de marzo como undécimo presidente de la entidad relevando en el cargo a Pere Clapés.

“Aire fresco” en la asociación cultural más antigua de Lleida, con 81 años ya de historia a sus espaldas. Gigó, última generación de la histórica tienda La Elegancia de la calle Major y ‘heredero’ del no menos histórico Lo Baratillo –cuya memoria en forma de juguetes guarda con mimo a la espera de materializarse su soñado Museu de la Joguina–, afirma que “las asociaciones son un reflejo de la sociedad en la que viven; por ello, es lógico que en los años 40, 50 ó 60, sus miembros comulgaran con la época, pero el Caliu Ilerdenc moderno que yo conozco no tiene etiquetas partidistas. De hecho, una norma inflexible de la casa es que nunca hemos pedido ni aceptado subvenciones.

El Caliu se mantiene por sus afiliados”. Cabe recordar que Lleida fue una de las ciudades más castigadas en la Guerra Civil. Muchas familias y profesionales de todos los ámbitos la abandonaron por agrado o a la fuerza.

Y durante los primeros años de la postguerra, Lleida recibió un alud de nuevos vecinos llegados de fuera de Catalunya. “El Caliu fue un intento por parte de leridanos de toda la vida de mantener las costumbres y tradiciones de Lleida, siempre con actos y encuentros en los que nunca se dejó de hablar en catalán”, recuerda Gigó. Ahora tiene por delante un enorme reto: dar a conocer y abrir más a la ciudad una entidad cultural que desde fuera se ve como elitista.

Cuenta con apenas una cuarentena de caliuencs. Todos hombres. “No hay ninguna prohibición expresa para que las mujeres puedan ser miembros de la entidad”, asegura Gigó.

“Es una ‘tradición’ que debemos superar. Quiero que el Caliu se integre en la ciudad como una entidad cultural moderna, sin marginaciones”, añade.

La ‘caliuada’, una tertulia mensual con mesa y mantelLa actividad estrella del Caliu Ilerdenc son las caliuades, las citas mensuales de los socios en torno a mesa y mantel con un invitado en una tertulia siempre con Lleida de protagonista.

Solo la pandemia frenó estas reuniones a lo largo de su historia. La última, el mes pasado, con Joan Ramon González, que explicó el regreso de la campana Mònica a la Seu Vella.

Manel Gigó, ante un mosaico dedicado al Caliu Ilerdenc, en la sala de actos de esta entidad cultural.

Manel Gigó, ante un mosaico dedicado al Caliu Ilerdenc, en la sala de actos de esta entidad cultural.CALIU ILERDENC

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