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NOVELA NOVEDAD

Martí Gironell viaja en su nuevo libro al corazón de la fotografía

Presenta en Lleida 'El fabricant de records', premio Prudenci Bertrana 2022

Martí Gironell, ayer en Lleida unas horas antes de presentar su nueva novela en la irreductible.

Martí Gironell, ayer en Lleida unas horas antes de presentar su nueva novela en la irreductible.MAGDALENA ALTISENT

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El 31 de mayo de 1906, el fotógrafo catalán de ascendencia italiana Valentí Fargnoli tenía previsto retratar en Madrid la boda del rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia, que acabó con el atentado con bomba a cargo del anarquista Mateo del Morral. Quince días después, Fargnoli viajó a Argentina, donde ‘desapareció’ durante dos años antes de regresar a Catalunya. Las fotos del enlace real nunca han salido a la luz.

Hasta aquí los hechos históricos. El escritor Martí Gironell (Besalú, 1971), fascinado por la biografía de este reconocido fotógrafo ambulante de las primeras décadas del siglo XX, sobre todo en las comarcas gerundenses, se adentra en la ficción en El fabricant de records (Columna) para construir una hipótesis verosímil sobre aquel misterioso episodio de la vida de Fargnoli. “¿De qué tenía miedo para irse tan rápido del país? ¿Qué escondía? ¿Quizás conocía o tenía alguna relación con el anarquista que lanzó la bomba? ¿Le retrató en aquel momento? ¿Pudo deshacerse de aquellas fotos, que podrían ser históricas?”, se interrogó el escritor.

Las posibles respuestas fueron el detonante para esta nueva novela, con la que el pasado junio ganó el premio Prudenci Bertrana 2022. Gironell presentó por la tarde la novela en la librería la irreductible de Lleida. Unas horas antes, el autor de éxitos como El pont dels jueus o La força del destí, explicó a SEGRE que El fabricant de records “es un thriller que me acompaña en un viaje a principios del siglo XX de la mano de este pionero de la fotografía ambulante que, encima de su bicicleta y cargado con cámara, trípode, placas fotográficas e incluso decorados, entró tanto en las casas de la gente sencilla, pescadores o payeses, como en las de políticos o aristócratas, para crear instantáneas, recuerdos de una época”.

“Un viaje al corazón de la fotografía, cuando la profesión de fotógrafo era un arte épico, heroico..., muy lejos de la tecnología digital actual, que la ha banalizado”, añadió el escritor. Fargnoli se ganó la vida vendiendo retratos y también postales y fotos del patrimonio de Girona (donde falleció en 1944, a punto de cumplir 59 años) y también de otros puntos del país. “Siempre me han fascinado sus fotos, me llaman la atención la gente que retrató, sobre todo sus miradas a cámara.

Fargnoli retrató el alma del país”, concluyó Gironell.

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